Son muchas y diversas las enfermedades crónicas o de especial atención que han quedado relegadas por la falta de atención oportuna como resultado de la pandemia. Una de ellas ha sido el VIH/SIDA, una condición que afecta en el mundo a aproximadamente 36.9 millones de personas, según cifras de la ONU, de las cuales unas 83 mil se encuentran en Colombia y 19.743 en Bogotá a corte del año 2020.
De acuerdo con la información suministrada por la Secretaría Distrital de Salud respecto a la situación actual del VIH para el año 2020, la infección se concentra en grupos considerados de mayor riesgo por condición o aquellos que tienen mayor estado de vulnerabilidad. Para el primer trimestre de 2021, se registraban en Bogotá 965 casos confirmados de VIH/Sida, de los cuales 875 casos tenían lugar de residencia Bogotá con una proporción de incidencia de 11,2 por 100.000 habitantes; mientras que para el mismo periodo del año anterior se habían notificado 1.054 casos, presentándose de manera preliminar una disminución del 16,9%, sin embargo preocupa el sub registro por cuenta de los casos que por la situación de pandemia no han contado con una atención oportuna de los servicios de salud.
La distribución de los casos, se concentró principalmente en localidades como La Candelaria, Santafé, Ciudad Bolívar y Chapinero, en las cuales residen más de 23 casos por 100.000 habitantes y se observa una mayor incidencia o afectación en los hombres, con edades entre los 20 a 29 años, siendo de 8,1 casos en hombres, por una mujer con la infección, evidenciando que es necesario continuar desarrollando acciones de promoción y prevención enfocadas principalmente en este grupo de edad con un abordaje integral de la salud sexual y la salud reproductiva.
De la misma forma, se identificó que más de la tercera parte de los casos de VIH/SIDA en mujeres, son de pacientes que se encuentran afiliadas al régimen subsidiado o no cuentan con afiliación, mientras que el 72,7% de los hombres se encuentran afiliados al régimen contributivo, diferencias significativas que ponen en alto riego el adecuado seguimiento a tratamientos ya que el acceso a servicios de salud se vuelve más restringidos para la población femenina. Y al mismo tiempo alarma que durante el primer trimestre del año los casos de mujeres en estado clínico SIDA supera en un 6,1% a los hombres mostrando claramente que las mujeres se diagnostican más tarde que los hombres por lo que se debe frenar de inmediato estigma y la discriminación que repercute en estos resultados.
Las incidencias entre las mujeres son inferiores a 5,7 casos por 100.000 mujeres siendo el grupo de edad de 30 a 34 años con la incidencia más alta. Evidencia la necesidad de incentivar entre las mujeres la identificación del riesgo para aumentar la demanda del tamizaje, así como mejorar el acceso de la prueba no solo durante la gestación sino a todas las mujeres independientemente de su identidad de género u orientación sexual.
Si bien es cierto, Colombia tiene una cobertura de afiliación en salud del 92% de la población, aún se identifican dificultades para la prevención del VIH por las barreras de acceso a los servicios integrales, por falta de aseguramiento, acentuado en la población considerada de mayor vulnerabilidad social, “población pobre”, sin estabilidad laboral y sin ingresos; además de las inequidades geográficas, situación que determina el acceso, la calidad y la continuidad de los servicios de prevención y tratamiento del VIH/SIDA, no hay datos institucionales sobre las poblaciones más vulnerables al contagio como lo pueden ser la comunidad LGBTQi+, las mujeres dedicadas a la prestación de servicios sexuales, las madres cabeza de familia, las mujeres migrantes provenientes de otros países y las poblaciones ubicadas en lugares donde la presencia del Estado es poca o nula.
La proporción de casos notificados para el primer trimestre 2021 en estadio SIDA y muertes asociadas a SIDA es del 7,1 y 1,5%, respectivamente, lo que requiere singular atención puesto que evidencia diagnósticos tardíos o progresión de la infección por falta de acceso y atención en salud con criterio de calidad, lo que podría poner en riesgo el pronóstico de vida de las personas que viven con VIH. Por lo anterior es importante garantizar la continuidad en las acciones para la implementación de las estrategias de prevención combinada en la Ciudad, con el objetivo de garantizar una respuesta efectiva para la contención de la epidemia.
En conclusión, se evidencia que la realidad del SIDA en Colombia y en el Distrito, es dramática, puesto que al aumentar el número de casos diagnosticados con VIH/SIDA, se alejan mucho más de la meta planteada por las Naciones Unidas en cuanto al propósito de acabar con esta enfermedad para el año 2030. Por otro lado, no hay indicio de que exista investigación médica y científica en el tema de VIH/SIDA y la ausencia de estadísticas claras, concluyentes, transparentes y pertinentes, no permiten conocer el número exacto del grupo poblacional afectado no diagnósticado, pues aunque se dice ser muy alto, no sabe si ha adquirido el virus del VIH.
