En marzo, China se convirtió en el primer país que tomó la decisión de reabrir los colegios en ciudades como Beijing y Shanghái, en medio de estrictas medidas de seguridad, con mascarillas y controles de temperatura para evitar un nuevo brote del Covid-19. Sin embargo, la primera semana de junio se detectó un nuevo foco de coronavirus en Beijing, por lo que nuevamente la comisión de educación local anunció el cierre de todas las escuelas, colegios y universidades. En América Latina, Uruguay inició el 15 de junio su segunda fase de retorno progresivo a las clases presenciales de 480.000 alumnos. Abrieron las puertas escuelas y públicas y privadas, y algunos jardines infantiles. Y aunque alrededor del mundo, están optando por la reapertura semipresencial o voluntaria, vale la pena tener en cuenta estas experiencias y buscar estrategias que beneficien a toda la comunidad estudiantil.
En Colombia, en el caso de los colegios privados, se determinó que no volverán a las aulas y terminarán el año escolar de forma virtual, luego de que la Confederación de Rectores y Colegios Privados hizo un sondeo con los padres de familia (Calendario A), quienes en un 89% votaron a favor de no enviar a los estudiantes a clase presencial, mientras que en Bogotá el resultado fue del 88%. Sobre los planteles oficiales, el Ministerio de Educación aseguró que las entidades territoriales contarán con los recursos, los lineamientos y la construcción de protocolos que definirán en qué momento se retoman las actividades presenciales, aunque ya se tiene definido que en primera línea no podrán hacerlo los menores de 2 años, los docentes mayores de 60 años, ni quienes tengan algunas enfermedades agudas o de base, síntomas respiratorios o quienes hayan tenido contacto con personas contagiadas con coronavirus COVID-19.
La Secretaría de Educación en Bogotá informó que la virtualidad continuará hasta que las cifras sobre Covid-19 no demuestren que es conveniente volver a las aulas. Sin embargo, en este segundo periodo semestral de trabajo académico, el reto es lograr la conectividad de los estudiantes en todas las localidades, especialmente aquellas en condiciones de vulnerabilidad, pobreza extrema y las ubicadas en la ruralidad. Las cifras muestran que cuatro de cada 10 niñas, niños y jóvenes de Bogotá no cuentan con dispositivos o conectividad en sus hogares. Es decir, unos 354 mil estudiantes de colegios públicos hoy no tienen las herramientas necesarias (computador y/o acceso a internet) para estudiar en casa en medio del aislamiento preventivo y se corre un enorme riesgo de deserción escolar. Por eso, se debe agilizar la inversión y adecuación efectiva de los 285 mil millones de pesos, 438 computadores nuevos y 101 usados que se recaudaron en la reciente ‘Donatón por los niños’, no se nos puede ir todo el semestre entregando las herramientas.
Al 7 de julio, ya se tenían 738.547 solicitudes de apoyo alimentario de estudiantes a través de la página web www.educacionbogota.edu.co. Las entregas que se reanudan hoy con apoyo alimentario en especie y en bonos canjeables, deben realizarse con gran diligencia pues hace parte de la complementariedad que requieren los menores en Bogotá en este ciclo y porque además no se ve claridad en las cifras de lo que va en este sentido en la cuarentena; se requiere un seguimiento más estricto, pues de los 2 millones de bonos entregados y las 63 mil canastas, no se sabe cuántas de esas ayudas se han suministrado desde antes de la pandemia y cuales son nuevas, nunca se ha obtenido esa información puntual.
También se hace necesario evaluar el contexto de los padres de familia o cuidadores, ese 12% que argumentaron que preferirían enviar a sus hijos al colegio para poder cumplir con horarios de trabajo y salir a buscar empleo, por lo cual, se podría evaluar la modalidad semipresencial. Y es que no se puede desconocer que en el marco de esta situación son muchas las voces de padres de familia y estudiantes para acceder a alivios económicos por parte de las colegios, universidades e incluso del Distrito para que se vean reflejados en este segundo semestre del año, pues la falta de dinero producto de la crisis social y económica, podrían convertirse en un impedimento para que los niños, niñas y jóvenes continúen con sus estudios. Cuando de acuerdo a las proyecciones, se estima una deserción entre el 30 y 50 % en el país en este semestre por efectos de la crisis.
Proteger la vida de los niños y buscar la forma de mitigar las consecuencias negativas de la cuarentena extensa en el hogar debe ser una prioridad, la educación totalmente virtual por un tiempo prolongado genera traumas en los niños, además de volverlos dependientes de los dispositivos electrónicos y sumándole a ello que los entornos familiares no siempre son los más adecuados. Por lo cual, el acompañamiento no debe quedarse solamente en lo académico, sino que debe alcanzar el ámbito de salud mental por el encierro de más de cuatro meses al que se han enfrentado los menores; las asesorías psicológicas y terapéuticas deben convertirse en una premisa que ocupe un espacio importante en los horarios escolares. De manera que evitemos episodios depresivos y de ansiedad que dificulten su neuro-desarrollo.
Ya frente al imperativo de evitar aglomeraciones y la reunión de un número importante de personas en espacios cerrados, es más que necesario en esta época prepararnos para cuando los estudiantes vuelvan en un 100% a la presencialidad. No abandonar las obras y finalizar la construcción y entrega de todos los colegios que están pendientes con el fin de brindar más espacios a los ciudadanos que necesitan de colegios con condiciones de bioseguridad aceptables y puedan volver a sus clases.
Ahora, el trabajo de los colegios, rectores, profesores, en esta etapa de continuidad de la virtualidad, debe centrarse en construir los modelos de alternancia que vendrán en un par de meses, y que sean amables con las familias y los estudiantes. Instalar mesas de trabajo que permitan contar con los aportes de todos los involucrados, para llevar una propuesta que piense sobre todo en las familias más vulnerables de la ciudad. Es necesario afianzar la confianza de todos los agentes de los colegios proporcionando seguridad ante la contingencia. #EntreTodosNosCuidamos
Concejal de Bogotá
