Concejala Ati Quigua se pronuncia sobre bombardeo militar a comunidad indígena
Luego de conocer las acciones militares de bombardeo a la comunidad
embera katío de Jiguamandó, la Concejala Indígena Ati Quigua expresó su
profunda preocupación por la falta de reconocimiento y respeto a la
autonomía indígena. Como pueblos ancestrales hijos del sol, nativos del
agua y de la tierra, aliento del gran espíritu, exigimos que haya
voluntad política y garantías para preservar la vida y la integridad de
los hermanos indígenas y el respeto por sus derechos.
La Concejala Indígena, Ati Quigua, expresa su preocupación por las
acciones militares que provocaron la violación a los derechos humanos y
la autonomía territorial de la comunidad indígena del resguardo
Jiguamandó, entre los municipios de Mutatá y Murindó, en el Urabá
antioqueño. Estos hechos, dicen habitantes de la zona, podría generar
un desplazamiento masivo.
La Organización Indígena de Antioquia, OIA, denunció los hechos
ocurridos el pasado 30 de enero en la comunidad indígena Alto Guayabal
cuando una vivienda indígena fue impactada y destruida dejando heridos
a cuatro de los cinco habitantes.
Las personas que se encuentran gravemente heridas en el hospital San
Vicente de Paúl, responden a los nombres de Marta Ligia Majoret, 38
años de edad y esposa de José Rubiano Bariquira, de 23, del pueblo
Embera Katío. La organización indígena informó que dos personas más: un
adulto y un menor de edad de ocho años también resultaron heridos. Sólo
un bebe de 20 días salió ileso.
Los bombardeos, según la OIA fueron realizados por helicópteros del Ejército, que sobrevolaron la zona por varias horas.
La Séptima División del Ejército, mediante un comunicado, aceptó su
responsabilidad: “lamentablemente en una de nuestras misiones
resultaron heridos con esquirlas dos indígenas de la comunidad Embera
Katio de Jiguamiandó”. Sostiene que los hechos se dieron por tratar de
“neutralizar la actuación del Bloque Noroccidental de las Farc”.
Los hechos son muy delicados. La organización indígena asegura que no
es la primera vez que esta comunidad ha sido agredida, “detrás de estos
hechos se esconden poderosos intereses económicos”. A esto se suma la
presencia de algunos frentes de las FARC y grupos de bandas emergentes
como las Águilas Negras, según organizaciones defensoras de derechos
humanos y las autoridades indígenas.
La OIA indicó que esta comunidad ya había sido desplazada y hostigada
por diferentes actores armados -ejército, paramilitares y guerrilla.
Hace un año la comunidad regresó y hoy está propensa a un nuevo
desplazamiento.
La organización indígena señaló que el resguardo Urada Jiguamiandó es
intervenido por el Megaproyecto Batolito de Mandé, Mandé Norte, donde
la compañía Muriel Muning Corporation le ha otorgado varias concesiones
mineras de parte de las entidades del gobierno encargadas. “La
resistencia de las comunidades indígenas ubicadas en el resguardo y
áreas del proyecto minero ha generado señalamientos y amenazas por
parte de la empresa minera y el ejército en varias oportunidades”,
denunció la OIA.
En este sentido la Concejala de Bogotá expresó una profunda
preocupación por la falta de reconocimiento y respeto por la autonomía
de nuestros pueblos indígenas; la presencia de militares y la Compañía
Minera en su territorio violan derechos fundamentales de nuestros
hermanos, pues incursionan en sus sitios sagrados, les impiden realizar
sus ceremonias rituales y les cohíben algunas actividades de
subsistencia como la pesca y la libre movilidad pos sus territorio.
En este contexto como hermana ancestral de nuestros pueblos indígenas
considero que no hay condiciones ni garantías para el retorno
voluntario de los desplazados a sus territorios. Como pueblos
ancestrales exigimos que haya voluntad política y garantías para
preservar la vida y la integridad de los hermanos indígenas y el
respeto por sus derechos. No puede haber garantías cuando se prioriza
el interés del poder económico antes que favorecer y garantizar los
derechos de los indígenas.