La Política Pública de Deporte, Recreación, Actividad Física, Parques y Escenarios para Bogotá –DRAFE-, se establece como un instrumento de planeación de la administración para garantizar la realización efectiva de los derechos de las personas al deporte, la recreación, la actividad física, así como al disfrute de parques y escenarios.
En su artículo 4 se postula el siguiente objetivo general: “Garantizar el goce efectivo, gradual y progresivo de los derechos a la recreación, el deporte, la actividad física y al disfrute de los parques y escenarios para los habitantes del D.C.”, objetivo que únicamente puede llegar a convertirse en una realidad, si se cuenta con la participación de todos los bogotanos. En tal sentido, vale la pena recordar y reconocer el concepto básico de cultura ciudadana, y su consecuente sustento en las ideas de autorregulación y regulación social.
Por eso, felizmente, tal documento de Política Pública del DRAFE contiene, en el apartado de “principios”, las nociones de apropiación y de corresponsabilidad, motivaciones que sumergen la aplicación de tales lineamientos en un espacio de participación y de toma de decisiones consensuada. Así, se resalta que el Instituto Distrital de Recreación y Deporte –IDRD-, defina como estrategia básica para aumentar la citada participación, la conformación de los consejos distrital y locales DRAFE.
Estos consejos se constituyen en espacios que promueven el diálogo y la deliberación que existe en cada una de las 20 localidades, en los que la ciudadanía puede aportar e incidir con sus propuestas en torno a la recreación, el deporte, la actividad física y los equipamientos recreativos y deportivos de la ciudad. Lo anterior, siempre en el marco de los planes de desarrollo distrital, local, y sus correspondientes líneas y proyectos de inversión local.
Al respecto, es un acierto la identificación de objetivos de la estrategia de comunicaciones ideada por parte del comité técnico para las elecciones de consejos DRAFE, los cuáles se enfocan en la creación de una conciencia colectiva en torno a la cultura y el deporte; la motivación de actores que tradicionalmente no participan en estos temas; la movilización ciudadana; y la participación de los jóvenes en el diseño y construcción de políticas públicas.
Los resultados, en un principio, son muy satisfactorios en términos de participación:
- Ø 447 candidatos para 132 consejeros DRAFE.
- Ø 269 hombres y 178 mujeres.
- Ø Bosa: 46 candidatos; San Cristóbal: 35 candidatos; Suba: 31 candidatos, entre las localidades con mayor participación.
- Ø Jóvenes inscritos: 24,6%; adultos mayores: 18,6%; colectivos: 14,5%; grupos deportivos: 10,3%.
- Ø 17.164 electores.
Ahora, no todo es perfecto. Estos Consejos Locales DRAFE enfrentan desafíos al interior de las localidades, a saber:
- Falta de conocimiento por parte de las Alcaldías Locales y de los otros sectores acerca de qué es el Consejo DRAFE, y de sus funciones.
- Muy unido al anterior desafío, se debe construir un proceso interinstitucional con todos los sectores, que actúe desde el trabajo en equipo y el respeto por la diferencia.
- Los consejeros deben tener un conocimiento muy claro y conciso de su labor al interior de la localidad, por lo que es necesaria una línea estructurada de capacitaciones para adquirir un contexto desde donde visualicen su misionalidad.
- También muy cercano al desafío anterior, los consejeros deben contar con la capacidad técnica para construir el plan de acción de cada DRAFE local., y deben conocer con suficiencia la dinámica de los presupuestos participativos.
En suma, no cabe la menor duda de que estos mecanismos permiten que la ciudadanía gane un espacio a nivel local y distrital en la toma de decisiones de temas vitales para Bogotá. El rumbo lo debe determinar el IDRD para visibilizar tales herramientas, porque la intervención tanto de ciudadanos como de colectivos que representen de fondo a los barrios y las localidades, se constituye en el mejor instrumento para satisfacer las necesidades de las comunidades en términos recreativos y deportivos.
