Con los anuncios recientes de la alcaldesa Claudia López, frente al Corredor Verde por la Séptima, continuamos con incertidumbre por los más de 693.000 habitantes del borde oriental de la ciudad y los cerca de 3 millones de personas que transitan por esta importante vía, quienes no conocieron el diseño inicial o borrador que había propuesto la Alcaldía, la Secretaría Distrital de Movilidad y el IDU presentar como avance del diseño conceptual del corredor.
A comenzar de cero
Se reinician nuevamente los procesos de participación ciudadana para conocer las ideas y aportes que tiene los bogotanos para la Carrera Séptima, descartando los cerca de 154 eventos de participación que realizó la administración de Enrique Peñalosa para el diseño y estructuración de “La Nueva Séptima”, proyecto que contemplaba la troncal de Transmilenio como corredor democrático y exclusivo para los ciudadanos. Estos procesos de participación contaron con más de 3.000 habitantes, entre ciudadanos del sector, grupos empresariales, comerciantes, entidades, sector académico y demás ciudadanos interesados en el desarrollo de un proyecto de movilidad público y masivo para la ciudad.
Llevamos esperando en el Concejo, desde el mes de Julio que la Administración Distrital defina cuál será la solución y el proyecto concreto que se desarrollará por la carrera 7ª. En la reunión de la Comisión Accidental sobre las Nuevas Troncales de Transmilenio desde la Secretaria de Movilidad se indicó que el proyecto del Corredor seguía en análisis y estudio “sin incluir o determinar el modo de transporte a utilizar para entender cuáles serían las distintas cargas que tienen los tramos más importantes”, fue lo señalado en la última reunión de la comisión el pasado 3 de agosto por el Secretario de Movilidad Nicolás Estupiñán.
Las imprecisiones de la Administración
Así mismo, el secretario de Movilidad, indicaba que los tiempos iban a ser de 4 a 6 semanas en los que esperaban terminar los análisis para anunciar, según el cronograma presentado, en septiembre la estrategia de construcción ciudadana y trabajar por distintos tramos, con estrategias de participación ciudadana de distinta índole, bien sean participación virtual y/o participación presencial, para contar con otras formas de entender las principales preocupaciones de la ciudadanía.
Por su parte, el director del IDU, Diego Sánchez, en esa misma reunión resaltaba, como lo anunció la alcaldesa en fechas anteriores, que en el mes de septiembre públicamente se desarrollaría este ejercicio de participación ciudadana para socializar el concepto de Corredor Verde, las características, los elementos que hacen parte del Corredor a todo lo largo del proyecto desde la calle 38 hasta la 200. Sin embargo, en la sesión de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Concejo de la ciudad, llevada a cabo el pasado 22 de septiembre el mismo director, señalaba que continuaban con poca información sobre el proyecto porque venía definidas algunas de las características en el Plan Distrital de Desarrollo y por ende continúan en la fase de definición conceptual, la cual harán publica hasta este mes de octubre demorando el cronograma que tenían previsto en su idea.
Además, solicitan al Concejo se apruebe un cupo de endeudamiento para desarrollar esta idea por un valor de 2,1 billones de pesos, que contradice lo señalado por la Alcaldesa en la rueda de prensa realizada el 24 de julio cuando expreso: "al revocarse la licitación logramos 2 propósitos: cerrar la controversia jurídica y recuperar $2 billones de los impuestos de los bogotanos que estaban embolatados en esos pleitos…". Lo cierto es, como nos fue aclarado por el director del IDU en la comisión mencionada, que no existía un ahorro económicamente hablando, no se recuperaba nada pues los 2 billones estaban comprometidos, más no ejecutados ni gestionados y ahora quedan de nuevo disponibles, para que se puedan invertir en el nuevo proyecto.
Así las cosas, la única definición de “Corredor Verde” que ha realizado el gobierno Distrital se basa en citar el artículo 105 del Plan Distrital de Desarrollo, donde se señala que “...en un corredor verde, como el que se hará en la Carrera Séptima, se privilegia el uso de energías limpias, el espacio público peatonal y formas de movilidad alternativa como la bicicleta...” Información que no aclara la situación del corredor y sigue sin dar una solución definitiva de transporte masivo a cerca de 3 millones de personas que transitan por este corredor y en especial a 693.000 habitantes del borde oriental de la ciudad.
Celebró que se haya brindado una solución a los ciclistas que utilizan esta vía con el bicicarril que se presentó en el marco de la semana de la bicicleta, es un avance y una solución, aunque no acoge a todos los actores viales que por allí transitan, como si lo permitía el proyecto de la troncal de Transmilenio; que contemplaba no solo 11 kilómetros de ciclorrutas, sino que además la renovación de 400.000 metros cuadrados de espacio público, 282.000 metros cuadrados de espacio público nuevo y 83.000 metros cuadrados de zonas verdes, con mejor alumbrado público para garantizar seguridad, con arborización urbana y mejor calidad del aire, que desmiente las acusaciones de que el proyecto estaba mal planeado y alejado de la idea del Corredor Verde solo por contemplar la troncal de Transmilenio.
¿En qué estamos?
Continúa la incertidumbre especialmente para peatones que siguen con espacios sin calidad y poco iluminados, así como para los ciudadanos de barrios como El Codito, San Cristóbal Norte, Chaparral, Horizontes Norte, La Estrellita y Buenavista, que no tienen alternativas de trasporte masivo. Como lo evidencian los informes de la Personería de Bogotá, la cual, expresa en un informe de Julio de este año que:
“…no resulta claro el futuro del proyecto, ni la solución para el mejoramiento de la movilidad sobre el corredor, situación que genera un escenario de incertidumbre para la población que se vería beneficiada con la construcción de la troncal, así como de la adecuada destinación de este patrimonio público...”.
Todo lo anunciado por la Administración Distrital genera dudas frente al proceso, pues se propone un esquema de participación de solo 30 días, cuando en 10 meses que lleva esta administración se pudo contar con la participación ciudadana y evitar hacer un proceso exprés con solo ideas sobre lo que será el Corredor Verde de la Séptima.
No hay duda de que la carrera séptima se bate entre las decisiones técnicas y los caprichos políticos, dejando en medio a la ciudadanía que desde hace más de 10 años no ve solución a los problemas de movilidad.
Lucía Bastidas Ubaté
Concejal de Bogotá