La presencia de vectores en Bogotá, es alarmante, las entidades distritales han querido reducir el problema haciéndose los ciegos, sordos y mudos.
Esto evidencia que la administración de Claudia López, está minimizando la higiene de la ciudad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la presencia de vectores representa riesgo sanitario debido a las enfermedades que transmiten, una realidad que depende del crecimiento de residuos. De acuerdo con Naciones Unidas, para 2050 se prevé que la región de América Latina, genere 671.000 toneladas diarias de residuos. Es un pronóstico que implica decisiones bien planeadas, porque la incorrecta gestión agudiza los problemas de salud pública
La ciudad se ha convertido en un basurero a cielo abierto, la acumulación incontrolada de residuos es un caldo de cultivo para el aumento de vectores en las calles de Bogotá. Llevo meses insistiendo en una gestión oportuna y correcta de residuos, hay 749 puntos críticos ¿acaso los monitorean constantemente? De nada sirven acciones de unas horas o de un día ¿Se han tomado el tiempo de analizar alternativas como organización con recicladores, con operadores de servicios para evitar la acumulación de basura? ¿Existe comunicación entre las entidades? Las acciones no se limitan a fumigar esos puntos, sino a evitar la aparición de vectores.
En mis redes sociales he denunciado puntos que abruman a los ciudadanos y hasta febrero la Secretaría de Salud mostró interés para atender dichos lugares ¿cuáles son los cambios logrados? El video viral donde se evidencia la presencia de roedores en la calle 94 es uno de los tantos que muestra esta problemática que afronta la ciudad. Los roedores, además de alarmar el deficiente servicio de aseo, generan repugnancia.
La autoestima de Bogotá se está viniendo a pique por el deterioro que tiene el espacio público. El objetivo de la alcaldesa de mostrar una Bogotá Cuidadora no incluye el tema de salud urbana, estos no son temas distantes a la salud mental, de acuerdo con la OMS las realidades y dinámicas que tienen las ciudades tienen relación con trastornos.
El servicio de aseo no se puede limitar a controversias con el operador del Relleno Sanitario Doña Juana, la disposición final es un paso más en el ciclo de residuos, la administración no se ha tomado el tiempo de tener coordinación con operadores para atender a tiempo y evitar la programación de vectores. Los ciudadanos están cansados de la improvisación y de enfrentar los malos olores causantes de cefaleas.
Problemática que también se relaciona con ciudades sostenibles, reverdecer Bogotá no solo es plantar árboles, es mejorar la calidad ambiental afectada por los olores que generan las basuras. Basta con recorrer la ciudad para darse cuenta que las cosas no van bien. Las recientes encuestas de Percepción ciudadana de Bogotá cómo vamos muestra que aún es alto el porcentaje de pesimismo.
