El comportamiento de la ciudadanía es un factor determinante en el manejo de la pandemia y es clave para la apertura de la ciudad. Pero garantizar la disciplina social depende de varios factores, como el acceso oportuno a la información, el fortalecimiento de las campañas de cultura ciudadana dirigidas a la concientización y la generación de confianza en la ciudadanía.

Garantizar el orden social en una sociedad como la nuestra es un reto muy grande para las autoridades, pues algunas circunstancias de carácter socioeconómico y otras culturales, se presentan como grandes obstáculos para el cumplimiento del autocuidado y las medidas adoptadas par las autoridades.

Por un lado, el incumplimiento de la norma no es nada nuevo en la sociedad colombiana. En este sentido, el sociólogo y docente de la Universidad del Norte Jair Vega afirma que es un hecho histórico en el país que tanto ciudadanos como el Gobierno no respeten las normas. Por lo tanto, "lograr que la ciudadanía acate las normas no es tarea fácil porque es un tema cultural", aseguró el sociólogo[1].

Adicionalmente, la situación socioeconómica de una parte de la población se convierte en otro factor que incide en la desobediencia civil. Vega sostiene que no se puede "responsabilizar solo al ciudadano y no preguntarnos si le estamos garantizando las condiciones para que cumpla la norma. Cuando miramos solo al individuo la reacción es mandar a la Policía, al Ejército, porque no pensamos en cómo afectan esas otras determinantes para que la gente cumpla la norma"[2].

Los esfuerzos del gobierno distrital para evitar la propagación del virus los ha llevado a implementar medidas restrictivas, buscando garantizar la disciplina social. Se ha visto que en muchos casos se ha requerido la intervención de las autoridades para que la ciudadanía cumpla con las normas de aislamiento.

En esta problemática no hay actores colectivos culpables, cada uno es responsable de su propio cuidado y el de sus familiares. Se ha demostrado que la problemática de la propagación se concentra en el ámbito privado, como se pudo evidenciar el pasado fin de semana, pues a pesar de las restricciones, se presentaron fiestas clandestinas, dejando a más de 60 personas sancionadas.

Esta situación evidencia que la ciudadanía no es consciente de la gravedad de la pandemia. Frente a esta situación, un factor clave para generar conciencia es la promoción de información oportuna, creíble, basada en evidencia y en tiempo real. Si todos los ciudadanos nos concientizamos y cumplimos con las medidas de autocuidado, así como con los protocolos de bioseguridad, más pronto se levantarán las restricciones posibilitando la reapertura económica de la ciudad, recuperar las tasas de empleo sin arriesgar vidas y subir los niveles de confianza entre los consumidores.

La ciudad ideal que busca la sociedad actual, es aquella que se preocupe por dar solución a las necesidades básicas, a través de servicios eficientes y la que ofrezca espacios de convivencia con calidad de vida, es decir, aquellos que estén rodeados de seguridad, tranquilidad y cultura ciudadana, la cual se promueve desde unos principios enmarcados en la tolerancia, la convivencia, el aprecio por el territorio, pero sobre todo, el interés por el cuidado de lo público y de nosotros como ciudadanía. Hacemos un llamado a pensarnos en sociedad, en comunidad, a tener empatía y a pensar también en el cuidado del otro.

H.C Armando Gutiérrez

Partido Liberal

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