Hoy debemos reconocer que la violencia contra las mujeres, las jóvenes y las niñas persiste y crece en todos los órdenes: desde la cotidianidad de la casa, la calle, el trabajo, el transporte, las redes sociales y todos los espacios en donde ellas están presentes. Medicina Legal reveló que en este año más de 800 mujeres fueron asesinadas en Colombia. La cifra es escandalosa, triste, escalofriante.
El informe de la Veeduría Distrital (2022), evidencia una alta prevalencia de violencia contra las mujeres en: hurto a personas, lesiones personales y agresiones sexuales. La encuesta de la Veeduría revela que el 70,7% de las mujeres encuestadas se sienten inseguras en las calles y el espacio público y que el 67,2% perciben inseguridad al movilizarse en el transporte público; el sistema troncal de Transmilenio es uno de los transportes urbanos en donde las mujeres se sienten más amenazadas, seguido de los paraderos del SITP.
Este 25 de noviembre de 2022, se llevará a cabo la firma del pacto por la no violencia contra las mujeres en política en el Concejo de Bogotá, como acto simbólico de reconocimiento en conmemoración al Día de la No Violencia contra las Mujeres. ¿Qué se reconoce? Que todavía, arraigados en el patriarcado, tenemos como regla general que los hombres ocupen mayoritariamente los espacios públicos de poder, y la presencia de las mujeres, relegada a espacios privados, se vea limitada exclusivamente a roles de asistencia y cuidado.
Según el Informe de la Misión de Observación Electoral (MOE, 2021), de las 439 vulneraciones registradas entre el 1 de enero y el 13 de noviembre del 2021, 114 de ellas (el 26%) corresponden a agresiones contra lideresas políticas, sociales y comunales; siendo las lideresas sociales las más afectadas, pues concentraron el 55.3% de los hechos.
Un análisis de los hechos de violencia ocurridos desde 2017 hasta 2020 advierte dos aspectos preocupantes. Primero, un crecimiento constante del número de afectaciones en contra de los roles de liderazgo ejercidos por mujeres (36 en 2017; 57 en 2018; 101 en 2019; 103 en 2020 y 114 en el 2021). Destacando con preocupación el incremento de hechos contra lideresas comparado con el año 2017: se registraron 165% más hechos, confirmando así la tendencia creciente de violentar a las mujeres que ejercen roles de liderazgo y representación.
Segundo, desde el 2017 y hasta el 2019, se presenta un ascenso en el número de hechos letales perpetrados contra lideresas (18 en 2017; 27 en 2018; 31 en 2019), que se vuelve a tener lugar en el 2021(pues pasaron de ser 29 en el 2020 a 34). En tan solo tres años, se pasó de tener registro de 9 atentados y 10 asesinatos de lideresas (en 2017), a 17 atentados y 17 asesinatos; lo que equivale a un incremento del 78,9% en las agresiones letales contra las lideresas, lo que evidencia el creciente riesgo en que se encuentran las mujeres.
Estas cifras y su escalamiento son muy preocupantes, es indispensable que sigamos trabajando colectivamente, la institucionalidad tiene que actuar no sólo para reducirlas sino para erradicar esta pandemia de la vida de las mujeres.
Diego Cancino, concejal de Bogotá
