Es necesario señalar que este Acuerdo fue reglamentado por la Secretaría de Ambiente mediante Resolución 829 de 2011, la cual adopta en el Distrito Capital el programa de racionalización, reutilización y reciclaje de bolsas de polietileno, polipropileno u otra clase de materiales entregadas en los puntos de venta y comercialización de bienes y servicios para el empaque de los productos entregados al cliente, con el propósito de minimizar el impacto ambiental que genera el uso y disposición final de estas bolsas.
Es de anotar que dicha resolución viene adelantando este programa en tres fases, la primera fase se desarrollará con el sector de Grandes Superficies Comerciales, la segunda fase abarcará los sectores de Centros Comerciales y Superetes y la tercera fase se extenderá a todo el sector comercial de la ciudad, estableciendo que las metas de reducción de bolsas (de tamaño mayor a 30 cms * 30 cms) objeto de esta resolución se hará de forma progresiva para los sectores antes mencionados.
Indicó el cabildante que esta iniciativa nació al observar que en Bogotá las bolsas plásticas se habían convertido en un problema de alto impacto ecológico y visual, pues estas son arrojadas a las calles, avenidas y algunos parques de la ciudad, contribuyendo a ensuciar estos lugares, ya sean por su contenido o por ellas mismas; sin olvidar que el verdadero problema se acrecienta a la hora de determinar su destino final, esto en razón a que una bolsa plástica puede durar entre 100 y 400 años en degradarse, contaminando suelos y mares. Tal como informó El Espectador en nota de prensa del 19 de Enero de 2016 "El sistema actual de producción, utilización y abandono de los plásticos tiene efectos negativos importantes: entre 80.000 y 120.000 millones de dólares se pierden cada año en forma de envoltorios plásticos que no son reutilizados. Y más allá del costo financiero, si no se hace nada, los océanos contendrán más plástico que peces (en 2050)"
Por ello manifestó, que para que exista un verdadero desarrollo sostenible de una sociedad, se debe empezar por concienciar a las personas del problema ambiental que está sufriendo nuestro planeta y en especial la ciudad de Bogotá, D.C. Quienes dirigimos su presente y su futuro, no podemos ser ajenos a esta realidad que nos afecta a todos, estamos en la obligación mundial de preservar el ambiente y los recursos naturales a fin de prolongar la vida del lugar en que vivimos y así mismo la vida del hombre. Es un compromiso con nuestras futuras generaciones, y debemos empezar desde ahora.
Finalmente agregó que es tal el impacto de la norma, que muchos almacenes de cadena desde 2010 adoptaron como slogan en sus bolsas el nombre del Acuerdo y recordó que se hace necesario volver a usar el canasto u otros empaques como bolsas de tela o yute que no contaminan el ambiente.