La invasión del espacio público, la falta de prevención y cumplimiento de los protocolos frente a un virus que está presente todavía, la mala disposición de las basuras, son solo algunas de las conductas irregulares que se ven en todas las esquinas de la ciudad. Lo paradójico es que en época de pandemia, a pesar del levantamiento de la cuarentena, cuando más debemos cuidarnos esta situación se haya convertido en una nueva normalidad para el centro de Bogotá.
Ocupación indebida del Espacio Público
La lucha constante que evidenciamos durante los más de cinco meses de aislamiento, entre la venta informal y el espacio público, la sigue ganando la primera y desbordó las calles de Santafé, Los Mártires y Candelaria, las tres localidades que componen esta zona, fueron el pan de cada día. Los residentes y visitantes han denunciado cómo andenes y calzadas son ocupados sin control o protocolo frente a los ojos de las autoridades que aseguran estar vigilando la situación. Al respecto, el Instituto para la Economía Social -IPES, aseguró frente a esas quejas que había implementado una estrategia en tres componentes: diálogo social y participación, rutas de atención a la medida y cooperación de las entidades del Distrito.
Uno de los tramos más afectados, por la indebida ocupación del espacio público, sigue siendo uno de los ejes viales más simbólicos del país, como lo es la Carrera 7 en la ciudad de Bogotá, especialmente el tramo entre las calles 9 y 24. Allí especialmente, las ventas informales en espacio público son la consecuencia de fallas estructurales en la capacidad de la economía de la ciudad para absorber la mano de obra disponible, también de las barreras que impone el sistema financiero para que esta población tenga acceso a liquidez, y en tercera medida, la baja cualificación del asociado en términos de formación y desarrollo de competencias y habilidades, que disminuyen las posibilidades de esta población en la inserción al mercado laboral.
Inseguridad
De acuerdo a la información entregada por la Secretaria Distrital de Seguridad, los delitos más frecuentes presentados en la peatonalización de la Séptima, Centro, San Victorino, en lo que va del año, ha emprendido en un abordaje interinstitucional acompañando a la Alcaldía Local, junto con el IPES, DADEP, DGP, IDARTES y la MEBOG actividades concertadas desde los PMU, consistentes principalmente en el control de la carrera séptima, las calles 24, 23,22 y 18 por ser estas vías las que reciben la mayor carga con presencia de vendedores informales, en busca de que no haya circulación de carretas ni venta de comidas preparadas en espacio público y con uso de cilindros de gas, que no haya consumo de bebidas alcohólicas ni de alucinógenos en espacio público, que no haya aglomeraciones y se hace sensibilización sobre cumplimiento de protocolos de bioseguridad, autocuidado y distancia social; sin embargo lo que se sigue visualizando a lo largo de esta zona es todo lo contrario: aglomeraciones, venta de comidas sin el cumplimiento de normas mínimas de bioseguridad, mayor flujo de población habitante de calle, de venta informal y ocupación sin control del espacio público. Sin conocerse el impacto en materia de comparendos o sanciones impuestas.
Ya frente a las cifras de delincuencia, existen datos que todavía preocupan, sobre todo en esta zona, donde el comercio informal, los espectáculos y el turismo, las actividades que más atraían público, estuvieron detenidas por cinco meses. Por ejemplo con un consolidado sobre el corredor de la Séptima de enero a julio de 2020: 214 hurtos a personas, 112 casos de hurtos de celulares y 61 denuncias por hurto a comercio, este último, con algunos casos registrados en días de protestas autorizadas por la Alcaldía que generaron desórdenes y saqueos. Para el sector de San Victorino, afectado por la ubicación ilegal de venta informal en los alrededores y la situación de la comunidad indígena que se tomó el Parque Tercer Milenio, situaciones que no han logrado ser subsanadas, la situación no es mejor: 231 hurtos a personas, 146 hurtos de celulares, 14 hurtos a comercios y 16 hechos de lesiones personales en el mismo periodo de tiempo, llaman la atención de lo grave de la situación del centro de la ciudad.
Actualmente, la localidad de Santa Fe (5009), Los mártires (3.948), y La Candelaria (1.298), las tres localidades del centro, han registrado más de 10.200 casos de Covid-19, reitero, en zonas donde la principal actividad económica y de afluencia de público es el comercio, actividad que permaneció detenida por la cuarentena; entonces llama la atención el número de casos y las causas de los mismos.
A pesar de que la Secretaría de Salud responde que para mitigar la situación, ha venido realizando campañas comunicativas para la educación en salud en los diferentes escenarios colectivos y puntos priorizados en espacio público donde se realiza la entrega de los mensajes en salud, por medio de estrategias lúdico pedagógicas que fomenten prácticas saludables de cuidado y autocuidado como cultura ciudadana. Como en el corredor de la Séptima, donde a partir de las acciones en promoción de la salud y prevención de la enfermedad, desde la estrategia información, educación se busca generar hábitos saludables en la población y evitar la propagación del virus a partir de una intervención interdisciplinar; lo cierto es, que lo que se observa en el tránsito por el sector es totalmente diferente en condiciones de salud, en cumplimiento de protocolos. La campaña no ha surtido efecto, las condiciones para garantizar la salud no son viables y poca o nula presencia del personal de salud con sus campañas se logra visibilizar en las zonas de mayor y evidente aglomeración.
Sin duda, es un compromiso, que aun estando en manos de un trabajo interdisciplinar de más de cinco entidades distritales, no ha logrado superarse, en un época donde aún enfrentamos una ardua lucha contra la pandemia y cuando según expertos, deberíamos estarnos preparando para un segundo pico de la enfermedad. Las condiciones en el centro de Bogotá deben garantizarse, para ciudadanos, transeúntes, visitantes, residentes en aras no solo de superar la crisis sanitaria, sino la social y la económica que se concentra en este importante sector de la ciudad. Los bogotanos piden: gestión, operación y evaluación de las principales problemáticas y resultados tangibles para su superación.
Concejal de Bogotá
