Son cada vez más las denuncias que se conocen de contratistas y empleados, periodistas, camarógrafos, conductores y personal administrativo, contra la administración de Canal Capital, denuncian preferencias en espacios, despidos masivos y sin justificación, tercerización, maltrato y acoso laboral.
Recordemos que no hace mucho denuncié formalmente ante las autoridades de televisión, los contenidos que se promovían sin precaución alguna, relacionados con el uso de drogas y emitidos en el programa Dominio Público de la franja Mesa Capital; con afirmaciones como: “La droga es sexy, y hay personas a las que nos atraen las personas que se drogan o el glamour que rodea la droga”, dicho al aire por Carolina Sanín, conductora del programa, por lo que cuestioné el manejo de contenidos al aire que viene dándole como gerente la señora Ana María Ruiz, quien, dicho sea de paso, acompañó a la alcaldesa Claudia López en su campaña política para la Alcaldía, colocando este medio de comunicación al servicio de un discurso e intereses políticos.
Hoy, el drama lo viven y evidencian decenas de trabajadores que no han encontrado apoyo ni escucha en sus quejas sobre el manejo inadecuado del canal. Denuncias sobre despidos masivos que dejan por ejemplo al espacio noticioso con menos de cinco periodistas y camarógrafos, y otros más, entre sonidistas, conductores, reporteros y camarógrafos que se mantienen laborando sin contrato bajo la promesa de renovación que no se materializa, y unos más, que tienen contrato vigente pero que no les pagan hace más de tres meses. Pero por el contrario dicen, si se generan contratos para cargos asesores con millonarios salarios al servicio de la gerencia.
El Canal Capital, contó con un impulso significativo en la administración anterior, en la que se potencializó en producción, compra de equipos y adecuación de salas de edición que ahora son inutilizadas, además de un proyecto de innovación para generar contenidos a la vanguardia con sus pares en la región. Gracias a esto, fue distinguido con su primer premio India Catalina, logró su pico de audiencia más alto en televisión abierta y dejó de ser un canal que acumulaba pérdidas para pasar a generar ganancias financieras año tras año; también fue reconocido con un premio TAL a lo mejor de la televisión pública en Latinoamérica. A nivel de contenido, la cultura y la educación fueron el centro de la apuesta, además de la transmisión de eventos masivos, como los festivales Al Parque y eventos de las 20 localidades, estando al servicio de los ciudadanos.
Esta inversión y esfuerzo, pretendía que el canal dejara de tercerizar la producción y generar la propia y de calidad. Sin embargo, hoy permanece invisibilizado en los contenidos para la ciudad, cuando los bogotanos más necesitaron por el aislamiento pedagogía en autocuidado y salud, contenidos culturales, educativos, locales, se promovieron más los programas de opinión en franjas prime para esos amigos de los intereses de los directivos y la Administración distrital. Y el eco de la tercerización persiste con la presunta invitación a una empresa para ejercer como productora. Pierde Bogotá, retrocedemos con el canal y se benefician unos pocos con convenios salidos de la misionalidad.
¿Acaso el Canal Capital se convirtió en República Independiente? ¿Qué sucede con los recursos de los bogotanos con los que se sostiene el canal? Necesitamos las respuestas de la Administración que ha permanecido muda cada vez que salen a relucir los escándalos del Canal y su gerente. De nuevo hago el llamado a los organismos de control como lo hice en marzo pasado, para que indaguen, evalúen, y saquen responsabilidades sobre la contratación, el funcionamiento, la ejecución, los contenidos y se intervenga para exigir respeto por los recursos públicos de Bogotá. El Canal Capital es de todos los bogotanos.
Concejal de Bogotá