El vandalismo no es protesta

Es reprochable desde todo punto de vista que siempre las protestas terminen con el daño del sistema TransMilenio como ocurrió el miércoles durante las marchas de estudiantes.

Quince estaciones del sistema por donde pasaron los estudiantes terminaron vandalizadas.

En el caso de la calle 57, por ejemplo se lanzaron bombas de pintura y se pintaron grafitis.

En las estaciones Profamilia y Centro de Memoria además rompieron los vidrios.

Los daños incluyeron los buses articulados: 26 resultaron gravemente averiados.

Defendemos el derecho a la protesta pero bajo ningún pretexto podemos aceptar el daño al patrimonio de los bogotanos.

TransMilenio es un servicio público y ya es hora de judicializar y castigar a los vándalos que lo dañan por oficio.

Fueron 43 mil los usuarios afectados durante las protestas.

Reitero, sí a la protesta, pero no al vandalismo, al terrorismo, la intimidación de los ciudadanos y el atentado al servicio público de la ciudad que bastante nos ha costado y es de todos y para todos.