El 28 de septiembre se conmemora el Día de Acción Global por un aborto legal y seguro, fecha convocada por un movimiento feminista con el fin de legalizar esta práctica y así evitar la muerte de muchas mujeres en el mundo a causa del aborto clandestino. Más allá de la protesta legítima, las movilizaciones se convirtieron en un grave acto de violencia e intolerancia, por un grupo de mujeres que intentaron prender fuego en la entrada de la Catedral Primada en Bogotá.
En los videos que circulan en redes sociales, se puede ver el vandalismo y el odio de las manifestantes que intentan prender una llamarada en la puerta de la Catedral. Ante estos hechos, miembros del ESMAD fueron desplegados sobre la Plaza de Bolívar, la entrada de la iglesia, entrada principal del congreso y sobre la carrera séptima y octava.
En la mañana del 29 de septiembre la Alcaldesa, como es costumbre, lanzó su décimo primer cañonazo: culpar a la Policía Metropolitana de Bogotá por “dejar hacer y dejar pasar” desconociendo que su Gobierno ha sido permisivo con los vándalos, ha dejado a la sociedad a merced de los violentos y con un discurso de odio hacia la institución, primero fue contra TransMilenio, luego contra los Centros de Atención Inmediata - CAI y ahora contra las Iglesias.
La alcaldesa desconoce los resultados de la Policía en medio de estas marchas, evitaron que los desmanes fueran mucho más graves, dispersaron a las mujeres que causaban daños en la Catedral, capturando a cuatro de las vándalas, cumpliendo la ley bajo los principios establecidos para el uso de la fuerza
El Distrito “se ha hecho el de la vista gorda” cuando de manifestaciones se trata, ayer mientras se llevaba a cabo la Audiencia pública sobre el Ingreso de Bogotá a la Región Metropolitana, pedí a la Secretaría Distrital de Seguridad estar atenta a los desmanes y daños que se han estado cometiendo de manera reiterada contra las Iglesias Catolicas, afectado la libertad de cultos de los bogotanos.
Todas las manifestaciones en la ciudad han terminado en violencia por la permisividad del Distrito, los discursos de odio y lo maniatada que tienen a la Policía Nacional, prueba de ello son los lineamientos institucionales para el restablecimiento del orden que son un saludo a la bandera, con términos indescifrables. Prueba de ello son las “perturbaciones superlativas” o el “acompañamiento discreto" que palabras más palabras menos protegen a los vándalos y atan las manos de la fuerza pública.
Lucia Bastidas Ubaté
Concejal de Bogotá