Colombia ha sido escenario de uno de los conflictos armados más largos en la historia en América Latina, en donde la disputa por las tierras ha estado presente desde sus inicios.
Este conflicto armado ha dejado un alto número de colombianos afectados por el cruce de balas a lo largo de los años, que según el registro de la Unidad Para las Víctimas, se encuentra en 9.113.500 personas que han tenido que enfrentar las consecuencias de la violencia.
Una de esas consecuencias que ha dejado la violencia armada en Colombia es el desplazamiento de miles de colombianos hacia otros lugares del país, especialmente a Bogotá en donde según los registros con corte a febrero de 2021, hay un total de 383.446 personas a la espera de que se les repare por el hecho que les obligó a abandonar su lugar de origen.
Del total de colombianos afectados por el conflicto armado que llegaron desplazados a la capital, un total de 349.846 son sujetos de atención. Se estima, que en Bogotá por cada 1000 habitantes hay 43 víctimas del conflicto armado.
Las cifras revelan que del número total de víctimas del conflicto armado que vive en Bogotá, 53,13% son mujeres; un 46,76% son hombres y 0,11% hacen parte de los sectores LGBTI.
Tal situación, hace que sea de vital importancia prestar especial cuidado a la atención y reparación de mujeres víctimas del conflicto armado, pues este ha sido el sector poblacional más afectado por la violencia, así lo demuestran las cifras y los relatos de quienes han llegado a Bogotá huyendo de su territorio en búsqueda de una mayor tranquilidad para sus vidas y la de sus hijos.
Es por esto que es necesario y urgente garantizar la educación escolar de menores de edad que pertenecen a esta población y se facilite la búsqueda de un trabajo digno para los adultos de acuerdo a su formación y experiencia. No puede ser que la vigilancia privada, el servicio doméstico y oficios de construcción, sean los únicos puestos en que estas personas se puedan ubicar para sobrevivir en una ciudad de las dimensiones de Bogotá.
Cabe resaltar el papel que ha jugado la Secretaría Distrital de la Mujer, quien ha brindado acompañamiento a las mujeres víctimas del conflicto armado mediante diferentes servicios. Sin embargo, otros canales de atención como los Centros de Atención y Asistencia para las víctimas del conflicto armado, aun no se encuentran funcionando en su totalidad en la ciudad de Bogotá. La excusa para justificar la demora es la pandemia del Covid19. Tengan en cuenta una cosa señores del Distrito: esta fórmula mágica para salirse por la tangente ya se está desgastando.
Las víctimas del conflicto armado que llegaron a Bogotá en condición de desplazamiento requieren soluciones que van más allá de la ayuda humanitaria y que requieren agilidad en la respuesta, por lo que resulta de vital importancia la buena coordinación interinstitucional de las entidades del Distrito para garantizarles una atención integral.
Concejo de Bogotá
