Explotación infantil en Bogotá es un delito sin castigo
La explotación laboral infantil es un fenómeno que como sociedad tenemos que superar, si de verdad queremos construir unas nuevas generaciones felices y comprometidas con el desarrollo de la humanidad.
En el mundo, 168 millones de niños y niñas entre los 5 y los 14 años de edad son víctimas del trabajo infantil, y en Bogotá, en lugar de disminuir, pasamos de 6,5 a 7,9 por ciento el porcentaje de casos de explotación.
No podemos bajar la guardia en la lucha contra este flagelo y no podemos darnos el lujo de permitir que las cifras aumenten en la capital del país, que debe dar ejemplo de protección de los niños que entre los 5 y los 14 años solo deben tener como responsabilidad asistir al colegio para educarse.
Según las cifras del Ministerio del Trabajo, en desarrollo de la lucha contra la explotación laboral infantil, 21 mil menores dejaron de trabajar en el 2015, pero seguimos en deuda: el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario tiene un registro en Colombia de 1'018.000 menores de edad que trabajan.
Los 3.626 procesos de protección para niños, niñas y adolescentes por trabajo infantil en el país que actualmente cursan en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar muestran hasta qué punto este es un tema en el que tenemos que seguir trabajando.
Hace falta una pedagogía más a fondo para que las familias entiendan que no es una opción de ingresos poner a los hijos a trabajar y arrebatarles la infancia y para que logremos reducir en cuatro puntos la tasa de trabajo infantil de menores entre 5 y 17 años de edad, como lo propone el actual Plan de Desarrollo.
No hay que olvidar, como lo reseña el Dane, que la explotación infantil incluye las 15 o más horas de oficios del hogar que realizan miles de niños. Se estima que del 7,9 por ciento de explotación laboral infantil, el 3,1 corresponde a esos trabajos en el hogar.