“Humedales para un futuro urbano sostenible”, es el lema oficial propuesto por Ramsar para 2018, y sirve para recordarnos que los humedales urbanos hacen que las ciudades sean más agradables para vivir. El Concejal Celio Nieves Herrera del Polo Democrático Alternativo recuerda que nuestra ciudad ha sido privilegiada al contar con humedales dentro de su perímetro, ya que prestan servicios ecosistémicos como control de inundaciones, filtración de desechos y mejora en la calidad del agua, además son depuradores de la contaminación del aire, ofrecen gran diversidad de hábitats para aves migratorias acuáticas y terrestres, alojan gran variedad de especies de flora y fauna como mamíferos, reptiles, anfibios y artrópodos. A esto se suma, la promoción del bienestar humano enfocada en la mejora de la calidad de vida de los bogotanos.
Cabe mencionar que en la ciudad se han perdido cerca de 49 mil hectáreas de humedales en los últimos cincuenta años y que ahora tan solo contamos con 725 hectáreas donde se incluyen los 15 humedales que han sido declarados. Una de las principales amenazas que han sufrido ecosistemas es la expansión urbana, pues el aumento en la demanda de tierras ha traído presiones adicionales para los humedales, pues se rellenan y utilizan sus terrenos para la construcción. Constantemente reciben agua contaminada y residuos sólidos, son objeto de pastoreo de semovientes, en ellos se encuentran animales domésticos como caninos y felinos que cazan aves y mamíferos, además en estos ecosistemas se evidencia la cobertura vegetal por la presencia de especies vegetales invasoras.
En este momento la principal amenaza para los humedales bogotanos es el Alcalde Mayor, Enrique Peñalosa, en su afán de acabar con los pocos espacios “naturales” que se conservan en Bogotá, quiere introducir en ellos obras duras como ciclorrutas, alamedas y malecones, también busca transformarlos en parques recreodeportivos para que sean lagos para la práctica de deportes náuticos. Estas acciones que no contribuyen a su conservación y restauración traen un costo ambiental significativo e irremediable para nuestra ciudad, pues se perderían los valores ambientales que nos brindan estos ecosistemas, alteraría considerablemente el futuro sostenible de Bogotá.