Bogotá necesita trabajar desde la base del acceso a la tecnología y la cobertura en la conectividad que se traduzcan en acceso inclusivo para todos. Actualmente seis de cada 10 bogotanos tiene acceso a internet, una cifra que preocupa cuando recursos como una buena conexión a internet o herramientas como un computador o una tablet, no alcanzan aún a cobijar a toda la población estudiantil de la ciudad en el marco de la pandemia.
Las 4 caras de la educación en la pandemia
En esta crisis, el apoyo del gobierno Distrital en dotación, conexión y atención en salud mental se convierten en un factor primordial, más aún cuando hablamos de niños y jóvenes o familias vulnerables; con un sinnúmero de problemáticas. Los más afectados, los estudiantes; principalmente los más de 750 mil de colegios oficiales, muchos en situación vulnerable, que vieron trastocada su cotidianidad, que encontraban en las aulas de clase un refugio, socializando con amigos y sus docentes, en espacios aptos para jugar, con contacto físico pero sobretodo emocional; de allí, la importancia de emprender un trabajo concertado con psicólogos y terapeutas que aborden las posibles adicciones, el estrés, la ansiedad el ciberacoso que de acuerdo a la UNICEF, sufren q de cada 3 jóvenes en el mundo; eso sin contar con el incremento de maltrato infantil que se puede intensificar. Cada alumno debe contar con acceso a internet y las herramientas tecnológicas para formarse, y es que esfuerzos como adiciones y la Donatón, no han logrado ser suficientes para alcanzar a cubrirlo y que puedan desenvolverse con comodidad en la virtualidad.
Los docentes, que tuvieron que reinventar su manera de educar, ahora con herramientas virtuales que a veces no son suficientes y que requieren estar acompañadas de una mayor capacitación para el uso de la tecnología de manera que generen empatía en sus educandos y por supuesto la dotación pertinente para lograr avanzar al paso que impone la tecnología y que deben hacer seguimiento a cada uno de sus alumnos sin importar si tiene o no los recursos.
De otra parte, los padres de familia que también enfrentan sus retos en cuanto a ser cuidadores y educadores en casa, que ahora comparten su tiempo de trabajo entre obligaciones laborales y clases virtuales; requieren al igual que sus hijos capacitación en las plataformas digitales y los modelos de enseñanza, que en cada caso son diferentes y que además deben cumplir con dotar a sus hijos para lograr avanzar con su año escolar. Por último, los empresarios y sector privado como grandes aliados en el aporte que desde sus sectores pueden hacer a la educación de la ciudad, mediante convenios o acuerdos por la educación, en función de la conectividad y con posibles alianzas público privadas.
Panorama de los colegios privados en la crisis
Son cerca de 1.846 colegios privados en Bogotá, alrededor del 30%, es decir 495, en localidades como: Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Usme, Kennedy, Engativá y Bosa, pero no todos con las condiciones para mantenerse en una crisis tan extensa como la que enfrentamos. El llamado fenómeno de la ‘pobreza oculta’ ha alcanzado a la educación, específicamente en el caso instituciones educativas privadas de estratos 1, 2 y 3, en donde los padres de familia en su gran mayoría no han podido continuar con el pago de pensiones por cuenta de quedarse sin empleo. Es así, como a pesar de la dificultad, estas instituciones, han continuado con el pago de la nómina de los docentes, de las facturas de servicios públicos, de impuestos, entre otros gastos que no cesan y que de dejar de cancelarlos perjudicarían a toda la comunidad estudiantil, es claro que necesitan un salvavidas.
En el gobierno anterior, se dejaron recursos superiores a los 26 mil millones de pesos para una educación sin pandemia, y en la presente Administración, sin embargo hay que evaluar las estrategias que nos provean de mayor presupuesto para lograr la meta. Focalizar, tomando como prioridad el déficit en las zonas rurales que deben priorizarse, revisar que los recursos planteados en la armonización presupuestal se ajusten a los manifestado de la inversión sin dejar perder un solo peso; abordar la disponibilidad de dispositivos y tener la trazabilidad de cobertura para estudiantes y docentes, agilizar en la entrega de los elementos pues estamos a 4 meses de terminar el año lectivo y aún hay estudiantes que no han recibido una tablet o computador. El desafío y la educación una prioridad en tiempos de pandemia en Bogotá.
Concejal de Bogotá
