Hoy en la CAR se discute la solicitud de extracción de cerca de 20 hectáreas de la “Reserva Thomas Van der Hammen” para la prolongación de la Avenida Boyacá desde la Calle 183 hasta la Calle 235. El Decreto 088 de 2017, establecido desde el año 2.000, el cual da vida a Lagos de Torca y en el Decreto 551 de 2021, que denominé por el nivel de improvisación “POT de afán”.
La alcaldesa, experta en hablar pero no en ejecutar, esa misma que decía hace 3 años que la Avenida Boyacá “era una vía necesaria para conectar la ciudad región”. Entre otras cosas, su improvisación y capricho de eliminar la ALO norte, así como la prolongación de la Av. Ciudad de Cali en el POT, al mismo tiempo que tenía ese afanoso deseo de complacer a los “pseudoambientalistas” quienes en su mayoría fueron contratistas de secretarías, como la de ambiente, que hoy la atacan diciendo que va a invadir la reserva para “favorecer el desarrollo inmobiliario de Lagos de Torca”.
Este año se repite la fórmula que llevó a la entonces candidata en 2019 a ganar la alcaldía, la de detener proyectos determinantes y estructurantes para la ciudad y la región bajo argumentos “técnicos”, de “comunidades y ciudadanos preocupados” como las dos líneas de metro, la carrera 7, el complejo hospitalario San Juan de Dios, Lagos de Torca y la extensión de la Avenida Boyacá. Todo esto con la clara intención de “no dejar hacer nada hasta que quede el o la candidata de preferencia”.
La ciudad y la región necesitan la red metro, mejoras en la séptima, y en la Avenida Boyacá. Lagos de Torca, siendo una solución de 125.000 nuevas viviendas, de las cuales 50.000 serán subsidiadas, junto con la creación de un parque metropolitano de 150 hectáreas avance y se logre mitigar la expulsión de los bogotanos a la sabana gracias al POT de la alcaldesa.
Porque para “proteger” a Bogotá abundan salvadores y dolientes, mientras que los suelos de la sabana, los más fértiles de Colombia, no tienen dolientes. Mucho menos las cerca de 500 mil personas que se verán obligadas a irse a las afueras de la ciudad, en búsqueda de una solución de vivienda lejos de sus sitios de trabajo y estudio.
Bogotá no puede seguir en la eterna discusión por unos colectivos con ideologías claras que no dejan avanzar la ciudad.
Concejal de Bogotá