Los bogotanos llevamos cerca de doce días en alerta amarilla, nuevamente, por la contaminación atmosférica, reflejada en las elevadas concentraciones de material particulado de un tamaño igual o inferior a 2,5 micras y que son registradas en el Índice Bogotano de Calidad del Aire – IBOCA. Cabe recordar que, dependiendo a la intensidad, frecuencia y tiempo de exposición de la población a estos contaminantes, se le puede atribuir, entre otras, una relación con la enfermedad isquémica del corazón, accidentes cerebrovasculares, enfermedad obstructiva crónica, cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y asma en niños, situación preocupante en medio de la pandemia que enfrenta nuestro país a causa del virus COVID - 19.
Con el desarrollo del debate de control político sobre la “Gestión de la Calidad del Aire en Bogotá”, efectuado hoy en la Comisión Primera del Plan de Ordenamiento Territorial, el Concejal Celio Nieves Herrera del Polo Democrático Alternativo, demostró que la contaminación del aire afecta a todas las formas de vida, no solo a los seres humanos, y tiene impactos de consideración sobre la fauna, flora y los ecosistemas.
Como parte de este debate se efectuó la consulta a diversas publicaciones y estudios internacionales en las que se demuestra que las aves son más sensibles a los contaminantes del aire que otros vertebrados terrestres y que en ambientes urbanos se incrementa la concentración de toxinas elementales en los tejidos de sus órganos vitales. A causa de la contaminación, las aves también presentan enfermedad respiratoria, elevados niveles de estrés, inmunosupresión, cambios de comportamiento, reducción de la densidad poblacional, de la riqueza y diversidad de las comunidades de aves.
En las plantas, los dióxidos de azufre hacen que los estomas en las hojas de las plantas se cierren y detiene la fotosíntesis pues degrada la clorofila. El ozono en pequeñas concentraciones afecta su crecimiento, además, se ha comprobado que en episodios de elevada contaminación del aire los sistemas de defensa de las plantas no son suficientes para protegerlas y en algunos casos se puede producir un daño irreversible y la eventual muerte del individuo. Adicionalmente se debe mencionar que, algunos contaminantes del aire son precursores tanto de la lluvia ácida y como del cambio climático, con impactos en múltiples ecosistemas, y en escalas que van desde lo local hasta lo global.
En nuestra ciudad se deben tomar medidas urgentes que permitan mitigar los impactos negativos derivados este tipo de contaminación, por ello se sugiere promover el uso de energías limpias y de medios de transporte alternativo y medio de transporte público masivo, fortalecer la Red de Monitoreo de Calidad del Aire, formular estándares de calidad más restrictivos y formular un nuevo Plan de Descontaminación del Aire para Bogotá.