La conmemoración del Día Internacional de los Bosques y el Día Mundial del Agua, nos recuerdan una vez más la importancia que tiene la protección de los ecosistemas como soporte de la vida misma. Los bosques nos brindan múltiples beneficios ecológicos, económicos y sociales, recordemos que son fundamentales para la conservación de la biodiversidad, además, son sumideros de carbono y por lo tanto esenciales para combatir el cambio climático. Pese a ello, en nuestro país, flagelos como la minería, la expansión de la frontera agrícola, el control de territorios por el conflicto, los cultivos ilícitos y la extracción de madera, tienen impacto directo en la pérdida de bosques.
Según en IDEAM, la tasa de deforestación en Colombia se redujo un 19,2% entre los años 2018 y 2019, no obstante, de las 158.894 hectáreas arrasadas en 2019 un 62% se concentró en la Amazonía, lo cual es alarmante. Otro aspecto que preocupa es su aumento en las regiones Caribe y Pacífico, además de su incidencia al interior de áreas protegidas como los Parques Nacionales Naturales como Tinigua, La Macarena y la Serranía de Chiribiquete.
El Gobierno Nacional estableció la meta de sembrar un total de 180 millones de árboles para el año 2022 mediante las denominadas “sembratones”, como una de las estrategias para recuperar las hectáreas de bosque que se han perdido. Aunque todos reconocemos las ventajas que trae consigo el incremento de las coberturas vegetales, no se trata de sembrar por sembrar: el lema para este día tan importante es la “Restauración forestal: un camino a la recuperación y el bienestar”. Cuando hablamos de restauración estamos haciendo énfasis en las necesidades particulares de cada ecosistema, pues no es lo mismo sembrar en un bosque seco que en un bosque altoandino. La restauración implica tomar ecosistemas de referencia sus diferentes estratos para replicarlos en zonas degradadas con el propósito de fomentar la sucesión ecológica, acción que requiere estudios, planeación y mantenimiento de las siembras para evitar altas tasas de mortalidad de los individuos.
De otra parte, el Concejal Celio Nieves Herrera del Polo Democrático Alternativo afirma que entre los bosques y el agua existe una estrecha relación, pues los mismos contribuyen al equilibrio hidrológico de los ecosistemas, controlan la erosión, las inundaciones y las sequías, protegen las riveras de los ríos, producen y mantienen la buena calidad del agua, entre otros. Si seguimos deforestando los bosques y degradando ecosistemas, estamos poniendo en riesgo la seguridad hídrica para toda la población de nuestro país.
Este año el lema: “Agua para frenar el coronavirus” nos invita a conmemorar el Día Mundial del Agua y a reflexionar sobre dos aspectos, uno es el origen de la pandemia, pues algunas teorías se enfocan en la deforestación como una de las principales causas que originó esta zoonosis; el otro es la importancia que tiene el agua para el lavado de manos y el control de este virus. No todos los colombianos tienen acceso al agua potable, en el año 2018, el 73,2% de la población rural contaba con este servicio mientras que en el sector urbano tenía cobertura del 97,4%. No debemos olvidar que gran parte del agua que se consume en las ciudades proviene de los ecosistemas que se encuentran en las zonas rurales.