Será difícil solucionar los problemas del tráfico en Bogotá, especialmente en las vías que se comunican con el departamento de Cundinamarca, como la Calle 13 por ejemplo, si la administración distrital continúa improvisando con ideas sacadas del bolsillo como la instalación de un bicicarril, restándole espacio a la vía y no una ciclorruta en andén como se acostumbraba a hacer, para luego darse cuenta de que se había equivocado y que lo lógico era hacer lo primero.
Los anuncios realizados hoy, por la alcaldesa Claudia López y el gobernador Nicolás García pueden significar a futuro, la pérdida de la confianza de los bogotanos en estos temas, porque este tipo de decisiones implican la inversión de recursos públicos, que como bien lo sabemos, salen del bolsillo de los ciudadanos, porque pertenece al pago de sus impuestos.
¿Cuánto se invirtió en la implementación de los separadores o maletines de concreto que se instalaron sobre la Calle 13 para darle paso a la bicicleta? ¿Cuánto se va a invertir en el levantamiento de estos y la instalación de la ciclorruta sobre la reserva vial, que hoy es en tierra? ¿No era mejor implementar todo un proyecto para esta vía que sea una solución integral para todos los actores viales, ciclistas, peatones, conductores de vehículos particulares y de carga?
Miles de ciudadanos, vecinos y usuarios en este sector manifestaron su inconformismo porque esta es una vía por donde ingresa el 24% de la carga de la ciudad, donde la velocidad se redujo hasta en un 57%, según el documento de ProBogotá, elaborado con datos de la Secretaría de Movilidad.
Fuente: diario El Tiempo
A partir de la instalación del bicicarril, que tomaba una parte de la vía, la fila de carros y tractomulas tratando de ingresar a la ciudad de Bogotá, fue enorme, aumentando la contaminación en el aire, auditiva y visual.
Por supuesto que es necesario pensar en la vida de los ciclistas y para esto hay que crearles condiciones para que puedan circular, especialmente en vías como estas, donde el número de personas que utilizan este tipo de transporte pasó de 1.580 en marzo de 2020 a 6.520 en noviembre del mismo año. Sin embargo, hay que planear primero para no mal gastar los recursos en un proyecto “piloto”, después en otro y pensar en otro proyecto futuro solo a mediano y largo plazo, como el que se piensa hacer ahora, donde según lo dijo la propia alcaldesa Claudia López, “utilizará gran parte del sector de la Playa”.
Hago un llamado a los órganos de control para que le pongan la lupa a estas actuaciones, en las que se podría estar mal gastando los recursos públicos de Bogotá, que como bien lo dice el profesor y exalcalde Antanas Mockus “son sagrados”, espero que la alcaldesa lo tenga claro.
Concejal de Bogotá
