La afirmación la hizo la concejal de Bogotá Lucía Bastidas, tras un nuevo recorrido realizado por las zonas ubicadas en los alrededores de los portales de Suba, Américas y Usme, en donde los ciudadanos relatan el temor que sienten a diario luego de casi 60 días de manifestaciones.
De acuerdo con Bastidas, los disturbios que han vulnerado los derechos de la mayoría de ciudadanos que no protestan y buscan salir de la crisis de la pandemia y el paro, no solo han generado caos y daños multimillonarios para Bogotá, sino cientos de heridos entre civiles y policías y la pérdida de vidas precisamente en estas zonas que permanecen sumidas bajo el terror de los vándalos y la violencia de los bloqueos.
“Lo que están viviendo los vecinos de los portales de Las Américas, de Suba y de Usme, principalmente son casi dos meses de horror, abandonados por la institucionalidad. No han podido trabajar, no pueden dormir o descansar, viven bajo la zozobra en zonas residenciales con niños y adultos mayores; donde los vándalos financiados por esas guerrillas urbanas están haciendo y deshaciendo acabando con la infraestructura pública, en los barrios y dejando a la comunidad sin andenes, sin semáforos, sin buses, escudados bajo el nombre de la Primera Línea”
Problemáticas como los daños en vías, viviendas y negocios, el aumento de la delincuencia, la falta de transporte público y el comercio al borde de la quiebra, hacen parte de los reclamos de las comunidades de estas tres localidades. En Usme, Gladys Rodríguez, adulta mayor y ama de casa asegura que la movilidad se suspende en cada jornada de protesta y que es una situación que no se puede mantener más. “Mínimo 20 minutos nos toca caminar, todos los días es el mismo problema en la mañana y en la noche, desvían los buses por la Boyacá y por La Aurora y aquí a Santa Li rada no dejan llegar nada. Que ya paren esa protesta, ya basta, llevamos tantos días en esto y tenemos miedo que en cualquier momento salga uno a la calle y nos pase algo”.
Pequeños comerciantes de ese sector como Esteban Celis o Flor Gamboa, aseguran que están al borde la quiebra por el vandalismo diario que les impide abrir sus negocios, y cuando logran hacerlo por unas cuantas horas, no llegan los clientes porque tienen remos de salir a las calles; por eso piden el soltó de la Administración que dicen los tiene olvidados, porque sus ventas han bajado en un 80% en estos dos meses y sus locales han sufrido daños, ya no pueden pagar servicios, arriendos ni impuestos.
En la localidad de Suba, donde los desmanes se han desatado con fuerza esta semana, los residentes de la zona aledaña al Portal, señalan que ya se perdió el enfoque que buscaba en su inicio la manifestación y que es el vandalismo el que gobierna. “Ya no se trata de personas que luchan por nuestros derechos, estos son grupos de vándalos, estamos perdiendo vidas y eso es más grave que cualquier otra cosa”, dijo la ciudadana Gisella Larios.
Mientras tanto, los habitantes de los conjuntos residenciales que se ubican alrededor del Portal Américas, resaltan los daños que han sufrido sus viviendas das y sus barrios que ya no cuentan con semaforización, alumbrado público o parques para los niños porque estos han sido apropiados para los campamentos de los miembros de la Primera Línea, que además son desvalijados por quienes llegan allí, queja que han puesto en conocimiento en repetidas ocasiones sin que haya respuesta de las entidades o la alcaldía Local de Kennedy.
Bastidas le reiteró el llamado de atención a Claudia López y su gabinete por la falta de atención en las zonas que se han convertido en foco de violencia y contagio. “Se le hizo tarde alcaldesa para responder y proteger a las mayorías de Bogotá que entienden el momento que pasa la ciudad y que piden que las protestas paren ya. Lo que ha pasado en los portales ha sido dramático afectando a los más vulnerables que claman por una solución y preguntan ¿Dónde está el piloto de Bogotá?”, aseveró la concejal del Partido Alianza Verde.
