La Paradoja del Asno, una melaza por la PAZ

Por: Diego García
Concejal de Bogotá D.C.

Como el asno de Buridán, podemos vernos hoy. Aunque no pretendo morir por inanición, y la indecisión invade mi razón y corazón, no he podido encontrar la diferencia. Hago parte del 65% de colombianos y colombianas que potencialmente se abstendrá ante la carencia de un motivo para ejercer el derecho al voto en la segunda vuelta presidencial.

En su momento, Aristóteles recreaba la paradoja que más adelante Jean Buridán argumentaba como la reducción al absurdo, la cual se basa en el ejemplo de un asno que tiene al frente dos bultos exactos de heno y al no encontrar aspectos diferenciales, la complejidad de razonamientos no le permiten decidir, haciendo que al final se mantenga inmóvil y muera por inanición.

Las elecciones se baten entre el dilema de no saber, no querer o no poder elegir una opción que despierte una esperanza de mejor vida. No se trata de la falta de criterio o la baja determinación en la población colombiana, es simplemente el hecho que entre las dos opciones no se despierta las razones suficientes para decidir.

Tanto Santos como Zuluaga son inventos del Álvaro el "terrible" Uribe, ambos ministros del ex presidente. Juntos le han mentido al país. De los dos bultos se percibe el olor de la anhelada Paz. A la distancia se encuentran en la misma medida y muestran similar figura. Se han dotado de los mismos componentes, rotando los personajes políticos de turno, y los dos no son tan imbéciles como para no cambiar de opinión viendo las nuevas circunstancias.

Es uno de esos momentos nefastos para la historia colombiana donde la elección presidencial gira entre la indefinición de elegir conforme el adagio popular: "el menos pior". No obstante un grupo ciudadano con el privilegio de representar a otros, no han vacilado al comer de alguno de los bultos, seguramente por nociones preconcebidas, llevados por convicciones propias, ansias de saciar su hambre voraz o en otras ocasiones, arreados por el amo.

El azar para el caso particular no contribuye para la toma de la decisión. Un gesto de esta índole sería irresponsable y no constituye la mejor manera para escapar del no-tiempo de irresolución. Por otra parte el voto en blanco es la posición de inmovilidad política, que puede llevarnos, como es el caso de la paradoja, a morirnos cual vil burros.

Anhelo profundamente encontrarme con el pensamiento colectivo, crítico y razonable que dé el motivo para la acción y me conduzca a elegir acertadamente, aunque debo manifestar, que vislumbro a lo lejos una manada de asnos en picada a uno de los bultos, que al parecer tiene una melaza llamada paz, que aunque escrita con s, se muestra atractiva e inercialmente me lleva a él.

¡¡¡ Reclamo mi derecho al discernimiento, al libre albedrío, a pensar y tomar la decisión que como parte de una Nueva Ciudadanía me haya convencido !!!