Las cifras que entrega la Secretaría de Seguridad, no se compadecen con lo que están viviendo los bogotanos en sus barrios. Los hurtos violentos son cada vez más frecuentes, la ola de sicariatos ocurre en todas las localidades, el ajuste de cuentas parece ser la principal motivación, lo que evidencia también la operación de diferentes bandas dedicadas al microtráfico que buscan ampliar el control de sus territorios. ¿Qué está pasando en Bogotá?
En las últimas horas, la Administración Distrital presentó un balance preliminar sobre el comportamiento de los delitos en lo corrido del año, en donde se reveló que en el caso del homicidio se dio una reducción del 7%; disminuyó la extorsión en casi 19%, hay una tendencia a la baja del hurto a residencias de 27%, del 15% en hurto a bicicletas y del 35% en hurto a comercios.
Sin embargo, sigue en deuda la estrategia que por dos años ha prometido el gobierno de Claudia López para garantizar la seguridad de los ciudadanos de la capital, que se articule con las diferentes entidades que deben intervenir en la mitigación del delito. Por ejemplo, el hurto a personas creció 20%, la Administración reconoce que se presentan cada vez más casos de atraco violento donde el hecho termina en lesiones serias para la víctima e incluso su muerte; y el hurto a motocicletas y vehículos con aumento del 10% cada uno.
Preocupa que a pesar de las medidas y campañas de desarme del gobierno distrital, no se ven resultados en la disminución del uso y circulación de armas. Es frecuente, por no decir que permanente, ver que en cada caso de fleteo, atraco o sicariato, prima la utilización de armas de fuego, blancas, hechizas, de fogueo, que e comercializan con facilidad en el mercado negro o en las calles, en lugares que ya se han identificado pero no han logrado ser intervenidos.
De los 297 homicidios cometidos este año, 179 se cometieron con arma de fuego, 89 con arma blanca y un 11% con arma contundente; y de ese total, 181 asesinatos se produjeron en medio de atracos. Y en el hurto a personas: 4.789 se cometieron con arma de fuego, 8.113 con arma blanca, 933 con arma contundente y 488 con escopolamina, una sustancia que volvió para prender alarmas en Bogotá y por la que hace una semana murió una persona.
Es así, como la otra cara de la moneda es que en los primeros cuatro meses de este año, comparados con el mismo periodo de 2021: los delitos sexuales hayan crecido en un 9.5%, los homicidios en atraco 27,5%, el hurto a celulares 12,2%, las lesiones personales 10,3%.
Sigo insistiendo en el llamado a atacar de frente la delincuencia en una acción contundente y coordinada. No podemos seguir perdiendo más vidas por cuenta de los violentos y las bandas que buscan hacerse al control en la ciudad; siguen sin coincidir las cifras que mes a mes entrega el Distrito con la sensación de zozobra que tienen los bogotanos, que ya no confían en la institucionalidad y que se sienten desprotegidos en las calles. Solo hasta que se logre trabajar de la mano con la Policía, las entidades de Bogotá, la Fiscalía y el gobierno nacional en un plan preventivo, con más presencia en las localidades, desmantelando las estructuras criminales y recuperando sus espacios de operación para la comunidad, y no solo de reacción ante el delito, es que se podrá mitigar la violencia y la delincuencia.
Concejal de Bogotá