LA SED DEL ORINOCO NO CREE EN SANTOS
LA SED DEL ORINOCO NO CREE EN SANTOS
Por. Diego García Bejarano
Concejal Alianza Verde
Lo que sucede en Casanare, es una tragedia ecológica, no puede llamársele de otra manera.
La vertiente del río Orinoco, reconocido como el tercer rio más caudaloso de América, la misma que trasvasa el Río Guatiquía el abastecimiento del 56% de la demanda de agua de Bogotá y la Sabana, hoy se encuentra en desecamiento crítico.
Este territorio además es afectado por las industrias petroleras, con el consumo desproporcionado del agua subterránea, el uso de tecnologías nocivas con quema de gases que innegablemente generan afectación a los acuíferos y al régimen hídrico de la zona, la proliferación de cultivos de palma, la ganadería extensiva, la quema de bosques de galerías y la construcción de obras para desecar los ecosistemas sin planeación alguna, sin que se evidencia intervención formal del estado colombiano para evitar el daño.
Hoy el presidente Juan Manuel Santos, se presenta ante el país, como uno de los supuestos salvadores de Bogotá, cabe resaltar es que el Gobierno de "Prosperidad para todos", no tiene política ambiental, toda vez que promueve la construcción de 10.000 viviendas a una zona de reserva campesina al sur de la ciudad, zona de riqueza hídrica, ambiental y arqueológica y por si fuera poco, habilita la urbanización de la Sabana, permitiendo la venta de agua en bloque sin restricción, promoviendo el desecamiento y afectación al área reconocida en la Ley 99 de 1993, cómo área protegida de interés ecológico para la nación, demandada de los ríos del Orinoco.
El Presidente de la República, orgullosamente ostenta cifras de reducción de pobreza entre 2009 a 2014, de 4 puntos porcentuales y la tasa de creación de empleo más alta de la región entre 2010 y 2013, sin embargo, es indispensable revisar la medición de esos indicadores, en la que se incluyan la calidad y la sostenibilidad de los recursos naturales.
La posibilidad de desarrollo para el país, implica que entendamos que la pobreza, también está asociada a la limitación en la disponibilidad, al acceso y a la distribución de los recursos naturales. Lo que sucede en el Orinoco, la tragedia ecológica manifiesta, no es más que la ausencia de toda intención y voluntad política del gobierno, a reconocer e invertir en nuestra mayor riqueza, la de ser un país biodiverso para el mundo y de promover industrias temporales, cuya existencia está sujeta a la disponibilidad del recurso explotado, con sus cuestionables locomotoras.
Y Qué tiene que ver Bogotá con el Orinoco? Bogotá se abastece del agua de los ríos que desvía de su cuenca, con la expansión de la ciudad y la sabana, la presión en el recurso hídrico será mayor. Lamentablemente de continuar con las políticas inmediatistas y poco planificadas en el largo plazo, en poco tiempo, tendremos esa misma fotografía en la sabana de Bogotá, cuando todas las condiciones agrológicas y ecológicas de las zonas rurales, sean perdidas por seguir con el proceso de urbanización desmedida.