Una de las principales necesidades que generó la pandemia Covid-19 fue detectar a tiempo los contagios y así evitar la propagación del virus. Para verificar que las pruebas se efectúan de forma correcta el Laboratorio de Salud Pública tiene la función de vigilar la analítica de los laboratorios que hacen parte de la red, además, debe verificar y hacer control a los laboratorios que prestan su servicio a la ciudadanía.
Para cumplir con su función el Laboratorio de Salud Pública compró desde 2020 pruebas para el diagnóstico de COVID-19 con la empresa Annar Diagnostica. En 2020 se firmaron 3 contratos para un total de $112 mil millones, y durante 2021 se suscribieron 4 contratos, a los cuales se destinaron en total $1,29 billones. El último contrato, número 2680885, firmado el 13 de agosto de 2021 y que está por terminar el 12 de octubre de 2022, tiene por objeto el suministro de kit de extracción automatizada para la detección por biología molecular de covid-19. Con este contrato se compraron 1.200.000 pruebas. Inicialmente fue firmado por $7.984 millones, pero luego tuvo una adición en diciembre de 2021 por $2.656 millones, en total se asignaron $10.646 millones y se extendió el plazo por 6 meses más
Lo preocupante es si al adicionar y prorrogar este acuerdo se tuvo en cuenta la dinámica de las pruebas Covid-19 validadas en el LSP para así identificar cuál era el volumen de pruebas que realmente se necesitaba mensualmente. Además, en las facturas del contrato se evidencia el lote de las vacunas con sus respectivas fechas de vencimiento y en su mayoría caducaban durante el primer semestre de este año. Si el número de pruebas realizadas en LSP han disminuido, también debería haber reducido el número de pruebas que recibían del contratista. Cada prueba comprada por el Laboratorio de Salud Pública le cuesta a la ciudad $638.784, dejarlas vencer por error de planeación evidencia despilfarro de recursos ¿Esto es Bogotá Cuidadora? ¿Cuántas pruebas se han vencido? ¿Las están regalando?
¿Hay control interno en la Secretaría de Salud para detectar estas anomalías? Solicito a los entes de control, Contraloría, Personería y Veeduría poner sus ojos en el Laboratorio de Salud Pública. Están despilfarrando los recursos por una incorrecta planeación.
Otro asunto que llama la atención son los hallazgos identificados por el INVIMA al manifestar que el LSP no cumple con los estándares de calidad al no tener un Sistema de Gestión de Calidad que garantice los datos emitidos. Adicionalmente, no cuenta con la infraestructura para manejar medicamentos y ni con un sitio para almacenar reactivos, entre otras irregularidades.
En las visitas realizadas por el INVIMA respecto al área de fisicoquímico se pudo evidenciar que no desarrollan ninguna metodología. En el año 2020 no se realizaron análisis porque el funcionario trabajó desde casa, sin embargo, en el año 2020 y 2021 se emitieron informes, es decir que si no había laboratorio ¿Cómo se emitieron resultados?
Los errores de planeación, la posible pérdida de pruebas Covid-19 y los hallazgos del INVIMA muestran que el Laboratorio de Salud Pública es una rueda suelta ¿Dónde está el control interno de la Secretaría de Salud?
Concejal de Bogotá