A principios del año 2020, en debate de control político sobre saneamiento fiscal hospitalario, el concejal Armando Gutiérrez señaló los serios problemas de la Ley 100, especialmente las enormes deudas entre los actores del sistema.

Advirtió que, a 30 de noviembre de 2019, las cuentas por cobrar de prestación de servicios de salud y las cuentas por cobrar de difícil recaudo presentaban un saldo para las 4 Subredes de $1.1 billón de pesos. De este dinero, el 46.14% pertenecía a cartera de difícil recaudo, lo que quiere decir que se presenta incertidumbre para su recuperación por tratarse de obligaciones mayores a 360 días.

Lo preocupante, además de que no se tiene la certeza de recuperar estos recursos, es que ello incide negativamente en un flujo óptimo de caja y genera resultados negativos año tras año, poniendo en riesgo la estabilidad financiera de estas entidades. Como si fuera poco, se terminan utilizando recursos públicos para pagar deudas fruto de estrategias de apropiación indebida por parte de agentes del sistema, consecuencias reales para los responsables.

Para las agremiaciones médicas, la Ley 100 permitió que se mercantilizara el derecho a la salud. Si bien trajo ventajas como el aumento de la cobertura, las cifras demuestran que no hay un acceso real al servicio de salud. En lo corrido de 2021 van más de 90.000 peticiones, quejas o reclamos de usuarios del sistema de salud en el país (un incremento del 13,51% frente al año anterior), y van más de 40.000 tutelas.

En Bogotá se reorganizó el sector salud mediante el Acuerdo 641 de 2016. Aunque se han propuesto múltiples ajustes al sistema de salud, el gobierno local no es competente para desarrollar reformas al sistema en sí, ya que el proceso de descentralización establece competencias en la gestión más no en la formulación. No obstante, se pueden reorientar los recursos para que no se concentren en servicios curativos -que son costosos- y se inviertan en actividades de promoción y prevención, que pueden prevenir hasta el 70% de la carga de morbilidad.

"El gran reto es proteger a un mayor número de personas contra el riesgo de afrontar costos médicos altos que provengan de sus bolsillos y que les empobrezca, o bien quedarse sin la asistencia en salud por falta de recursos económicos, lo que también genera pobreza. Las finanzas del sector salud son un verdadero dolor de cabeza y tenemos que trabajar conjuntamente para superar el déficit fiscal" concluyó el concejal.

Honorable Concejal

Armando Gutierréz

Partido Liberal