En reiterada ocasiones he llamado la atención por la falta de liderazgo y manejo que se ha dado a los integrantes de la autodenominada “Primera Línea”, no solamente por los actos de agresión e invasiones al espacio público que han hecho padecer a los vecinos de los sectores del Portal de las Américas, Portal de Suba y Usme; sino también por las constantes denuncias que han llegado por parte de mujeres que han sido víctimas de estos jóvenes.
El primer hecho público, recordemos tuvo lugar el pasado 6 de junio, cuando denuncié varios hechos de violencia sexual que se dieron contra varias jóvenes manifestantes en el sitio de concentración ubicado en el Portal Américas, durante una jornada sin la presencia de la Policía, con concierto y fiesta de más de 300 personas, donde irónicamente, se celebraba la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Bogotá. En el lugar y como confirmó el día siguiente en un comunicado la Primera Línea de allí, se dieron “varios casos de acoso y abuso sexual”, que finalmente contaron con la asistencia jurídica de ellos mismos y decidieron las víctimas finalmente no denunciar.
Ahora, el Comité Local de Derechos Humanos de Suba denunció las violencias basadas de género que han sido ejercidas por una de las Primeras Líneas de Suba en hechos contra una mujer y que estarían relacionados con reprensiones reiteradas y amenazas por no seguir algunas de las condiciones impuestas por el grupo. En la queja se reporta:
“El pasado 5 de julio, fui hostigada, amenazada y victimizada nuevamente por la primera línea a cargo del Gato, acusada de la supuesta estigmatización que supuestamente vivenciaron luego de que los denunciara por que sus compañeros me violentaron en el Humedal Tibabuyes. Me sometieron a un denominado castigo metiéndome a la laguna sin ropa, mientras fritaban cosas degradantes para posteriormente golpearme y embarrarme la ropa”.
No siendo suficiente para ellos la agresión, los días siguientes emprendieron las amenazas de diversos actores de esa Primera Línea de Suba contra la víctima denunciante, que hacían personalmente o que hacían llegar a través de su pareja, que también fue agredido con golpes por salir en su defensa, en una situación de desorden en la que intentaron retenerla y golpearla nuevamente hasta que la obligan a salir huyendo bajo amenazas incluso de muerte.
Lo anterior, resulta un acto de incongruencia a los discursos que continuamente emiten la Primeras Líneas asegurando actuar en defensa de los derechos y contra la vulneración social. Son hechos que merecen el rechazo de la sociedad; en la práctica se caracterizan por violentar no solamente a los vecinos de sus sectores, sino como está demostrado ahora con prácticas machista, misóginas, sexistas e inhumanas a sus propias compañeras.
Es por eso que reitero, en concordancia con lo que debe ser, que toda vida importa; y así como rechazo el abuso policial, condeno este y cualquier acto de violencia de los que seguimos siendo víctimas las mujeres, y pido que se esclarezcan todos estos hechos por parte de la Fiscalía, de la Personería, de la Secretaría de Gobierno y de la Secretaría de la Mujer y que caiga todo el peso de la justicia sobre los responsables que ya están identificados por la víctima.
Si vamos a pelear por los derechos humanos, que sean los de todos, no podemos permitir que el vandalismo y la violencia, que buscan legitimarse bajo una capucha, estén en la agenda de la ciudad y no asuman responsabilidades ni tengan sanción alguna. Los principios y los derechos no se negocian. #NiUnaMás .
