LINEA DEL METRO Y TRONCALES HACEN EL FUTURO DE LA CIUDAD
No podemos seguir postergando las decisiones de movilidad por cuenta de la ideología, cuando los ciudadanos están enfrentando las consecuencias de la parálisis que trae estar aplazando obras cruciales para la ciudad.
Hoy que estamos decidiendo el futuro de la primera línea del metro y tres troncales claves para la integración del transporte masivo de la ciudad como son la avenida Boyacá, la carrera 68 y la avenida Ciudad de Cali debemos pensar en los ciudadanos y no en nuestros intereses políticos particulares.
Porque lo que estamos decidiendo con las vigencias futuras de 6.08 billones de pesos no solo es la construcción de la primera línea del metro, sino tres troncales clave para el transporte del occidente de la ciudad que ha estado marginado de las soluciones de movilidad en los últimos años.
Invito a que pensemos en lo que significa para los ciudadanos que la velocidad de movilidad haya bajado y que sus tiempos de viaje sean hoy más largos, pues según las cifras oficiales, el servicio público pasó de 19,2 kilómetros por hora en el 2010 a 16,6 en el 2015.
Y hay más cifras si queremos comprobar lo que significa aplazar obras cruciales, como ocurrió en los últimos tres gobiernos, que postergaron la construcción de la red de troncales de Transmilenio: hoy tenemos menos pasajeros en el transporte público y más usuarios del carro particular y la motocicleta.
La participación del transporte público en los 12,5 millones de viajes que se hacen en un día pasó del 29 por ciento en el 2011 al 27 por ciento en el 2015. En cambio los viajes en automóvil subieron en 200.000. Hoy el uso de la moto y el carro representan el 17 por ciento de los viajes de la ciudad.
Con esas cifras no podemos ignorar que las troncales son indispensables junto con la primera línea del metro, para darle una salida al transporte público y masivo de la ciudad.
Nuestra responsabilidad es con los usuarios, con sus necesidades, con la solución de sus problemas cotidianos, no con los intereses personales, ideológicos y políticos de cada concejal. Los ciudadanos deben estar por encima de estas disputas.
El concejo aprueba las vigencias futuras con responsabilidad, la administración ampliará y pondrá en marcha el proyecto Metro para beneficio de la ciudad.
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