El pasado miércoles 11 de octubre en la Av. Cali con calle 13 se presentó un accidente entre un camión y dos motocicletas, donde uno perdió la vida, al siguiente día otro caso se registra cuando un motociclista cae del puente vehicular a la altura de la carrera 30 con calle 45 es arrollado por un articulado, presentado heridas graves. De nuevo ayer nos sorprendió otro caso en el puente de la Av. Boyacá con calle 13, una mujer que se movilizaba en moto falleció en el hecho, ¿qué será lo que está fallando?
Según cifras de la Secretaría de Movilidad, en la última década el parque automotor bogotano pasó de 40 mil en el año 2003 a más de 470 mil motos, lo que supone que el uso de este medio de transporte en la capital aumento 1.000 % en los últimos años. Así mismo durante el primer semestre del 2017 se han presentado en la capital más de 3.800 accidentes donde se han visto involucrados motociclistas y alrededor de 1.900 han resultado lesionados, la mayoría de los siniestros viales se desatan por la imprudencia de todos los protagonistas de la vía, al desconocimiento y faltas en las normas de tránsito.
Para el concejal Nelson Cubides la preferencia por este vehículo se debe a los bajos costos en la adquisición y mantenimiento, facilidades en la financiación, exoneración de impuestos, permite desplazamientos ágiles, consumen una quinta parte del combustible que gasta un automóvil por tener un motor 10 veces más pequeño que el de un carro liviano, lo que significa que el 40% de los ciudadanos prefieren movilizarse más rápido y más cómodos antes que tener en cuenta la seguridad en accidentalidad y los daños al medio ambiente.
El 70% de las lesiones en los motociclistas son severas, al menos 30 % son heridas craneoencefálicas. Debe haber mayor exigencia para adquirir la licencia de conducción de los motociclistas. La mayoría de accidentes se dan por la imprudencia, por no respetar las normas de tránsito y por el exceso de velocidad, la responsabilidad de la seguridad es compartida entre quienes conforman el sistema vial y quienes lo utilizan.
Datos de la OMS indican que los accidentes de tránsito cuestan a la mayoría de los países el 3% de su PIB, cifra que también la confirma un estudio financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), afirmando que los traumas derivados por los accidentes de tránsito le cuestan al país, en vidas, tratamientos y lesiones, cerca de 11.300 millones de dólares al año; es decir, un poco más de todo el presupuesto que se asigna para la educación.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha fijado como meta a 2020, reducir a la mitad el número de defunciones y lesiones por accidentes de tránsito en todo el mundo, con estas cifras podemos evidenciar que la ciudad no ha bajado significativamente las muertes y estamos a 3 años del plazo. Es fundamental que Bogotá trabaje en materia de prevención enfocando sistemas de seguridad que tengan en cuenta el error estructural y humano, la educación y la capacitación deben estar enfocadas a la concientización de todos los agentes de la vía para que cuiden su vida y la de los demás reconociendo que la actividad de la conducción debe estar acompañada de pericia y prudencia.
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Alexandra Trujillo Pavi
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