A comienzos de este año informé sobre la polémica entre el Grupo de Energía de Bogotá y Enel por unas decisiones unilaterales por las que el GEB dejó de recibir por concepto dividendos, cerca de $632.000 millones y se proyecta que para 2023 esta cifra llegara a los $2 billones. Hay incertidumbre por acuerdos, litigios en curso y los recursos de la ciudad en riesgo.
De esa suma, el Distrito no recibiría alrededor de $1.3 billones, como accionista mayoritario. Hasta 2015, GEB recibió el 100% de los dividendos de Emgesa y Codensa, pero desde 2016 este porcentaje disminuyo al 70%. ¿Entonces?
Otra razón, para poner la lupa sobre este asunto, fue la decisión de Enel de desarrollar las iniciativas sostenibles no convencionales, por medio de Enel Green Power, y no por Emgesa, violando los acuerdos contenidos en el contrato de asociación. Es decir, Enel podía entrar al mercado mediante Emgesa, sin embargo, decidió hacerlo a través de su propia empresa y aún más importante que los dividendos, son los negocios de energías renovables que deben volver al Grupo Energía Bogotá y no como Enel, que poco a poco se ha apropiado de ellos mediante Enel Green Power.
Además los negocios de buses eléctricos, cargadores de vehículos eléctricos, paneles solares y como lo denominan los expertos la "energía distribuida" que está haciendo Enel con otra empresa ENELX; y para rematar la marca porque ahora es ENEL y no nuestras marcas bogotanas Codensa y Emgesa. Pues ya se sabe que Enel y GEB crearán una marca que les permitirá mostrarse como socios y aliados en las operaciones de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica.
A comienzos de este año se conoció, que ambas empresas firmaron un nuevo Acuerdo Marco de Inversión y uno de los puntos principales, es que ambas partes estarían dispuestas a alcanzar conciliaciones para las demandas arbitrales en el año 2018. Siendo ya público esto, es necesario que el presidente del GEB, Juan Ricardo Ortega, comunique con detalle los lineamientos de los procesos conciliatorios que se realizan con ENEL porque están en juego los recursos de nuestra empresa bogotana.
Como bien se ha mencionado que el nuevo acuerdo de inversión continua en perfeccionamiento, y es en esos espacios de negociación que deben asegurarse de recuperar los dividendos que se dejaron de recibir desde 2016, no se puede olvidar que Enel y GEB son accionistas de Codensa y Emgesa, dos empresas bogotanas.
Aquí vemos que el problema no es solo devolver unos dividendos, se trata de un desafío mayor, pues son los negocios de energía más grandes del mercado y por eso esperamos que con esa mala atención al usuario y a los constructores que ha promovido CODENSA con Enel estos últimos años, no acabemos en una debacle como la de ElectriCaribe, y por el afán de negociar y congraciarse con los italianos quedemos electrocutados.
Concejal de Bogotá
