“Eso es lo que piden los vecinos y transeúntes de la Calle 13 en Bogotá, quienes desde que se redujo la vía para los vehículos y se implementó el bicicarril, han visto incrementados los tiempos de viaje y afectada su calidad de vida, más que una solución, representa ahora para ellos un grave inconveniente”, señaló la concejal de Bogotá, Lucía Bastidas Ubaté.
La improvisación que se evidenció con la implementación del bicicarril en la calle 13, uno de los más importantes corredores viales de la ciudad, que además es una de las entradas y salidas de la ciudad con conexión a los municipios de Funza, Madrid, Mosquera, Bojacá y Facatativá en Cundinamarca, genera, de acuerdo con conductores trancones de hasta tres horas, al movilizarse por esta vía en lo que antes le representaba un tiempo menor. La administración de Claudia López, al inicio de la cuarentena decidió implementar este bicicarril “temporal”, debido a la alta accidentalidad de los ciclistas y las restricciones que se tenían por la cuarentena en la ciudad y el país. Sin embargo, la Secretaría Distrital de Movilidad decidió, sin consultar con la ciudadanía residente en los alrededores, que esta medida ahora sea permanente.
“La alcaldesa, que en varias oportunidades ha señalado que la administración del exalcalde Enrique Peñalosa en proyectos de movilidad emblemáticos como la troncal de la carrera 7a habían sido improvisados y sin concertación con la ciudadanía, impuso esta medida sin contar con los principales involucrados: los bogotanos y los alcaldes de los municipios vecinos, lo que hoy los lleva a tener que comenzar mesas de trabajo con las comunidades de manera tardía. Por lo cual cabe preguntarnos ¿cómo va a ser dicho proceso? ¿en qué consistirá? ¿qué cronograma tiene? y de manera muy importante ¿qué resultados se esperan? Es necesario realizar un dialogo efectivo que no quede con temas e ideas inconclusas y más importante que no brinden soluciones reales a todos los ciudadanos no solo de Bogotá sino de la Región”, precisó la concejal.
Y agregó: “Claro que es necesario evaluar alternativas con todos los municipios de la Sabana de Occidente mientras se implementa el Regiotram, pero las soluciones deben ir encaminadas también pensando en lo que necesitan los bogotanos por este importante corredor vial. Entonces, cabe recordar que la administración anterior dejó el proyecto de la Troncal de TransMilenio, ya con el desarrollo de los estudios y diseños, ya entregados que prevén una autopista urbana con dos calzadas, dos carriles para sistema BRT de Transmilenio y cuatro carriles de tráfico mixto, con espacio público, zonas verdes y ciclorrutas. Bogotá debe evitar la improvisación en materia de movilidad y hacer uso de los estudios y diseños que tiene en sus manos para desarrollar los proyectos de infraestructura que tanto le hacen falta a la ciudad”.
