La decisión de la administración distrital de no aumentar la tarifa del Sistema de TransMilenio en sus componentes zonal y troncal, es inconveniente para las finanzas de la ciudad. El Sistema se financia con los recursos recaudados por la venta de pasajes y la explotación colateral, es decir, publicidad, arrendamiento de espacios, entre otros, también denominados ingresos corrientes.
En diferentes discusiones le he recordado al Distrito que para financiar el sistema están también los recursos de capital como: titularización, rendimientos financieros, entre otros. Pero, la fuente más importante son las transferencias que realiza el Distrito para el mejoramiento del sistema del Fondo de Estabilización Tarifaria – FET que cubre la diferencia entre la tarifa técnica (lo que vale el pasaje por operación) y la tarifa real que se le cobra al usuario.
Según el reporte de ingresos de TransMilenio, el sistema para el año 2020 tuvo unos ingresos de $4,4 billones de pesos distribuidos así:
Esto implica que el Distrito, que asume el 51% de los ingresos para el funcionamiento del Sistema vía presupuesto y por ende impuestos, y deba aumentar la partida para asumir el costo que no quiso aumentar la alcaldesa. Según se conoce, desde la gerencia de TransMilenio se tenía previsto un aumento en el pasaje de 2.500 a 2.600 pesos en los buses de la troncal y de 2.300 a 2.400 en los del SITP.
Aumentar así la tarifa permitiría que el Sistema recaudara $51.000 millones al año para reducir el déficit, que según el Informe de Gestión 2020 alcanzó los $2,1 billones de pesos (tomando los costos totales de $3,24 billones y restando los ingresos de $1,13 billones).
Sin ninguna duda es irresponsable lo que está asumiendo esta Administración, pues deberá aumentar de alguna forma los recursos transferidos a TransMilenio para cubrir el déficit. Lo que implica restarles presupuesto a otros sectores. La pregunta es: ¿Qué sector está en la mira de la administración, será: Salud, Educación, Ambiente o Integración Social?
¿Qué alternativas ha buscado la Administración?
Lo primero que realizó el Distrito, en compañía de los alcaldes de Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cali, Pereira y Medellín fue remitir una carta al presidente Iván Duque solicitando ayudas para aliviar las finanzas del sistema con recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME). Sin embargo, a la fecha no se conoce una respuesta oficial al respecto ¿Tendrá algo que ver con las constantes peleas del Distrito con la Nación?
La otra opción de la administración es generar nuevas fuentes de financiación por medio de más impuestos como cobros por parqueo en vía, por congestión y/o por contaminación, peajes urbanos, multas, cobros de plusvalía en predios cercanos corredores viales de troncal, entre otros.
A la fecha, este Concejo conoció dos borradores de Proyectos de Acuerdo que el Distrito pretendía radicar ante la corporación con el fin, precisamente, de obtener instrumentos de financiamiento para “la electrificación de la flota del transporte público y las estrategias para reducir progresivamente el gasto de los usuarios del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).”, que no es otra cosa que generar una fuente de financiación para cubrir los costos que no se habían de recaudar con esta medida populista de la administración.
Esto, no fue incluido en el Proyecto de Acuerdo que iniciará su discusión próximamente ¿estará influenciado por las recientes encuestas en donde la imagen de la alcaldesa sufrió una caída y para evitar otro desplome se abstuvo de presentar la nueva contribución al servicio de estacionamiento?
Lo cierto es que nada es gratis, todo tiene un precio y lo que por irresponsabilidad y populismo la alcaldesa hoy “concede” a los bogotanos, deberá suplirlo de otro modo porque ¿de dónde va a sacar los dos billones para tapar el hueco fiscal sino es de más impuestos a los bogotanos? O acaso pensará dejar la ciudad sin alternativas de transporte en los próximos años. Nadie se pregunta por los costos de inversión y operación hasta que no se les toque el bolsillo.
