Si se habla en estos términos, es de esperarse que los cambios en estos ecosistemas fueran significativos y con un impacto directo en la restitución de los servicios ambientales que le prestan a la ciudad. No obstante, la intervención reportada es incipiente, tan solo se mencionan algunas cifras de los resultados de los operativos efectuados por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAB) en el humedal Jaboque con el retiro de residuos sólidos y en Juan Amarillo con la extracción de 35 toneladas de buchón en el tercio alto. Curiosamente en ese tercio durante la primera Administración de Peñalosa, se hizo una intervención desafortunada que eliminó las características propias de este tipo de ecosistemas convirtiéndolo prácticamente en una piscina, por ese motivo y por las descargas de materia orgánica que recibe, será una constante la presencia de especies de plantas acuáticas invasoras como el buchón de agua.
Aquí vale la pena preguntar al alcalde Peñalosa ¿cómo dará continuidad a los procesos de rehabilitación, recuperación, restauración, administración y mantenimiento de todos los humedales en el D.C.?, teniendo en cuenta que algunos de estos procesos formulados por gobiernos anteriores finalizaron en 2016. ¿Será que nuestros humedales van a ser convertidos en piscinas, con ciclorutas en las Zonas de Manejo y Preservación Ambiental?
Con relación a la protección de la fauna, se creó el Instituto de Protección Animal como resultado de la Política Pública Distrital de Protección y Bienestar Animal formulada desde 2014, con esto se esperaría mayor articulación interinstitucional para el manejo no solo de los animales domésticos, sino de la fauna silvestre y exótica que se comercia y exhibe de forma ilegal en la capital. Pese a ello, el 2 de enero de 2017 la Secretaría Distrital de Ambiente llevó a cabo un operativo donde se incautaron 40 individuos de fauna marina. Ante la ausencia de un protocolo para el manejo de estos ejemplares por parte del Distrito y por la precipitación de la autoridad ambiental, infortunadamente se decidió practicar la eutanasia, entonces ¿qué tipo de protección se brindará desde ahora a los animales?
En el ítem denominado “transformación de Bogotá”, se propone “el gran circuito ambiental”, que incluye:
1) El parque lineal del río Tunjuelo, formulado por la Administración como un parque lineal donde se prioriza la construcción de senderos y ciclorutas. Es de esperarse que tengan en cuenta que los ríos son considerados corredores ecológicos y que por lo tanto debe pensarse en ellos como espacios que brindan la oportunidad para desarrollar procesos de restauración ecológica y recuperación integral del recurso hídrico con el mejoramiento de la calidad del agua.
2) De acuerdo con afirmaciones del Alcalde, la transformación de Bogotá incluye un sendero que atravesará la ciudad “muy alto en la montaña, desde el límite de Chía hasta el sur de Usme” conocido como “el Sendero de las Mariposas”. Durante 2016, no se presentó una idea concreta de este proyecto, puesto que los estudios, trazado y diseños se encuentran en proceso de elaboración, no obstante, ya existe una red de caminos históricos y a diferencia de las propuestas sugeridas, los cerros como área protegida requieren un tratamiento especial donde excluya el uso de estructuras duras como el cemento y se incorporen materiales como madera rolliza o tratada, piedra o agregados pétreos, con el fin de mantener las coberturas vegetales existentes. Además, es fundamental que se dé cumplimiento al fallo del Cerros Orientales, pues el sendero propuesto por Peñalosa no es compatible con el régimen establecido para las Reservas Forestales Protectoras.
3) En lugar de avanzar en los programas y proyectos formulados en el Plan de Manejo de la reserva Thomas Van der Hammen, la Administración ha formulado un proyecto denominado “parque del Rocío y el cable para llegar a él”, este proyecto de parque está localizado en el municipio de La Calera en inmediaciones del embalse de San Rafael que surte de agua a la ciudad de Bogotá. Resulta contradictorio que teniendo la posibilidad de desarrollar una reserva dentro de la capital, se piense en incrementar el porcentaje de espacio público efectivo en un municipio como La Calera donde no se tiene competencia y poniendo en riesgo una de las fuentes de abastecimiento de agua más importantes de la capital de la República.
A manera de conclusión
Las verdades y mentiras sobre la gestión efectuada por la Administración de Enrique Peñalosa durante el año 2016 quedan en evidencia, tal como se presenta en el artículo. Gran parte de las afirmaciones presentadas como hechos realizados, en la mayoría de los casos, no corresponden a la realidad. Por lo tanto, es posible afirmar que contiene más mentiras que verdades.
Con este tipo de maniobras, la Administración Distrital ha hecho el esfuerzo de mejorar la imagen desfavorable de Peñalosa, acompañado de un discurso descalificante ante los medios de comunicación y la comunidad en general. Continúa desconociendo los avances que en múltiples aspectos se presentaron en gobiernos anteriores, primordialmente en política social y en la disminución de los indicadores de pobreza.
En contra posición a estos avances sociales, el Plan Distrital de Desarrollo, “Bogotá Mejor Para Todos 2016-2020”, el cual no fue aprobado ni compartido por nosotros debido a su talante privatizador, excluyente y depredador del ambiente bogotano, refleja las características de la actual Administración y las verdaderas intenciones de su gestión. Lo cierto es que la ciudad difícilmente verá culminada alguna de las mega obras prometidas por el Alcalde, debido a que su Plan de Desarrollo está sustentado financieramente con recursos inciertos a partir de cupo de endeudamiento, vigencias futuras, venta de activos estratégicos tan importantes para la ciudad como la Empresa de Telecomunicaciones y la Empresa Energía de Bogotá, además de la estructuración de Alianzas Publico Privadas que tomarán una buena parte de su periodo de gobierno.
Por consiguiente, el cumplimiento de las metas propuestas en el Plan Distrital de Desarrollo enfrentará serias dificultades, puesto que Peñalosa encaminará sus esfuerzos en la consolidación y la firma de los grandes negocios con los empresarios privados. Mientras que los problemas sociales de la Capital en materia de educación, salud, empleo, movilidad, ambiente y seguridad, seguirán sin atenderse, incrementando los indicadores de desigualdad en la ciudad.