Preocupante panorama de sobrepeso y obesidad en Bogotá
06 - 22 - 2022
Recientemente se expidió el decreto del Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031, que será la hoja de ruta del país en los próximos 10 años en esta materia. El actual ministro de salud, Fernando Ruiz, ha señalado que la meta es garantizar el derecho a la salud con equidad y avanzar hacia mejores condiciones de vida de la población[1].
En Colombia la gente se enferma principalmente de enfermedades crónicas como la presión alta, la diabetes y del corazón. Situación que ha venido aumentando con los años. Por tal motivo a nivel nutricional se busca fomentar la información al consumidor para que escoja mejor los alimentos[2].
Para Óscar Bernal, director del equipo consultor del Plan de la Universidad de los Andes, la prevención, una adecuada alimentación y la actividad física son la base de la salud. La solución no es tener más hospitales.
Es claro que la desnutrición está ligada a la pobreza y a la desigualdad social, que dificultan o imposibilitan el acceso a muchos alimentos. A menor nivel socioeconómico y poder adquisitivo, menor acceso a la cantidad y calidad nutricional en la dieta alimentaria. Lo más grave es que no se trata de una crisis en la disponibilidad de los alimentos, sino de acceso a los mismos[3].
Cerca de un 7,6% de los hogares en el Distrito, por falta de recursos, dejaron de tener una alimentación saludable en los últimos 30 días[4].
Los menores de 5 años están expuestos a alimentos ricos en sal, azúcar y grasa pero pobres en nutrientes, que pueden contribuir a la obesidad infantil al mismo tiempo que los problemas de desnutrición no se logran resolver.
En la población de 5 a 17 años el exceso de peso ha venido aumentando en los últimos 10 años. El indicador distrital se ubica en 29,7%. Aunque la causa del sobrepeso y la obesidad pareciera ser sencilla: un desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto de energía; factores sociales, culturales, conductuales y ambientales también inciden y son sumamente complejos[5].
Ocurre algo similar en la población adulta, en la que se está presentando un rápido aumento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, con mayor impacto en las mujeres. Tema preocupante porque se asocia a las enfermedades crónicas, que serían prevenibles mediante un adecuado estilo de vida. El exceso de peso en los adultos en Bogotá en el año 2021 llegó a una proporción del 66,2%, mientras que la delgadez fue apenas del 1,1%[6]. En el caso de la población mayor de 65 años, la proporción fue del 46% para el año 2021.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Observatorio Salud Data
Ante este panorama, se deben acoger las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud, quien señala la importancia de adoptar medidas que reduzcan la demanda y oferta de los alimentos y bebidas ultraprocesados, que, no solo en Colombia sino en América Latina, están desplazando el consumo de productos frescos o mínimamente procesados y las comidas recién preparadas[7].
Se necesitan grandes esfuerzos y políticas públicas intersectoriales que logren impactar los determinantes comportamentales, sociales, culturales y ambientales que se asocian al sobrepeso y a la obesidad, por medio de campañas de educación que permitan que los ciudadanos tomen decisiones informadas.
Hay que afrontar el hecho de que los productos y bebidas ultraprocesados se publicitan intensamente, son fáciles de obtener y se formulan para crear hábitos y adicciones, que conllevan a un consumo excesivo, siendo "poderosos impulsores de las pandemias de obesidad y enfermedades no transmisibles".
Ante el problema del consumo desmedido de estos artículos, se han emitido ciertas recomendaciones a los consumidores:
Procurar que la dieta se base en alimentos naturales o mínimamente procesados, que sean variados y preferiblemente producidos con métodos agrícolas ecológicos.
Utilizar aceites, sal y azúcar en pequeñas cantidades para condimentar y cocinar los alimentos.
Limitar el uso de alimentos procesados. De consumirlos hacerlo en pequeñas cantidades, como ingredientes en las preparaciones o como parte de las comidas con alimentos naturales.
Evitar los productos ultraprocesados.
Organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud sugieren implementar políticas fiscales y de regulación legal sobre etiquetado, promoción y publicidad de los productos ultraprocesados. Las políticas fiscales deben tender a ser progresivas.