Proyecto de reactivación económica no cumple con el bolsillo de los ciudadanos

La pandemia ha profundizado la crisis del comercio, los efectos económicos sobre emprendimientos, pequeñas y medianas empresas, se comenzaron a ver a pocas semanas de iniciada la cuarentena y la responsabilidad de apoyar a este brazo productivo de la ciudad con el proyecto de Acuerdo presentado por el Distrito está ahora en manos del Concejo

Las cifras son dramáticas, por las proyecciones del Banco Mundial, la región podría sufrir una contracción de un 7,2% en su economía este año, una recesión bastante significativa. En Colombia, el Covid-19 provocó en el primer semestre del año, el cierre definitivo de 80.000 negocios formales, el 10% de los que hay en el país, de acuerdo con Fenalco, que también reveló que el 36 % de los empresarios ha logrado continuar operando con dificultades, un 20% ha acudido al comercio electrónico para vender y otro 15% ha diversificado sus actividades y se ha acomodado a las actuales circunstancias. Mientras que la tasa de desempleo en Bogotá pasó de 10,6% en junio de 2019 a 25,7 % en junio de 2020.

Colombia cuenta con 2'540.953 MiPymes, que representan el 90% de las empresas de todo el país, emplean el 65% de la fuerza laboral y producen el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Según la Cámara de Comercio de Bogotá la región central cuenta con un total de 834.582 empresas activas a corte del 31 de mayo de 2020. El 91,78%, es decir, 765.985, de estas empresas son microempresas, el 5,8% (49.090) son pequeñas, el 1,7% (14.157) son medianas y sólo el 0,64% (5.350) grandes. Sin embargo, estas cifras no tienen en cuenta la informalidad que robustece el mundo de las microempresas que la CCB calcula es cercana al 47%. Fedesarrollo por su parte, calcula que la economía de la ciudad se contraerá en 8,7% por las mayores restricciones a la movilidad y la actividad económica lo que impacta en el recaudo tributario de la ciudad, según las estimaciones entre 5,6 y 6,2 billones de pesos.

Este es un proyecto que aunque responde a nuestra propuesta en la discusión del Plan de Desarrollo en el Concejo de Bogotá, de que la Administración presentara un plan de reactivación económica, en un plazo de dos meses de aprobado el PDD, no responde a nuestra petición de integrar verdaderos alivios e incentivos al comercio.

¿Qué pasa con el Predial y el ICA?

Contrario a lo que ha sucedido en otros casos, con sectores también afectados, el comercio formal no ha recibido subsidio alguno, por el contrario, ahora deben seguir cumpliendo con el tributo, y ¿de dónde? Por meses han enfrentado los más grandes desafíos, con la falta de ventas, liquidez, acceso al crédito y una cuarentena que obligó a los comerciantes a cerrar, además de la gigantesca inversión que han hecho para cumplir con los exigentes protocolos de bioseguridad y cumpliendo con nóminas e impuestos hasta ahora. Y si bien, el Proyecto plantea como alivios, descuentos o congelamiento para impuestos, resulta que quienes por cinco meses se han esforzado para mantenerse a flote, e incluso algunos que no alcanzaron a llegar a esta temporada porque tuvieron que cerrar, merecen una mejor respuesta.

Aunque el proyecto, manifiesta que para el 2021 habrá congelamiento del predial en propiedades residenciales y no residenciales. Lo cierto es que en el 2022 todo el cobro volverá a la normalidad y un cuando llevamos cinco meses en cuarentena, y ya que desde la propia Alcaldía se ha planteado que la crisis podría extenderse hasta por un año más, es claro que el próximo año no será suficiente para que se recuperen. Cuando se habla de diferir el pago a cuotas, no es mayor la diferencia al acuerdo 648 que ya lo contemplaba para los predios residenciales, lo nuevo es que ahora alcance a los predios no residenciales, en un alivio que como hemos pedido sea para todos por igual.

Hablar de un auxilio correspondiente al pago del registro o renovación de la matrícula mercantil para quienes se formalicen en 2021 no es suficiente, así como tampoco, los descuentos entre el 5% y el 15% para el ICA en 2021, de acuerdo a la reducción en los ingresos del comercio en 2020, pues para un gran número de comercios formales en Bogotá. Pedir cultura tributaria a aquellos que se han declarado en quiebra y que intentan subsistir en medio de la crisis, los descuentos o el congelamiento del incremento,  no es justo, pues incluso la realidad es que ni siquiera podrán afrontar el pago por cuotas porque sus recursos se acabaron en este tiempo y las deudas que han adquirido producto de la falta de ayuda son inmensas; son empresas que no cuentan con acceso a los mercados financieros, ni a programas de capacitación, pero en cambio, una gran capacidad de generación de empleo que debe ser apoyada. ¿Por qué no aplicar el 15% para todo el comercio que haya disminuido ingresos desde el 20% en adelante?

¿Por qué gravar a quienes han logrado sostenerse y han ayudado durante la crisis?

Exigir un mayor gravamen a las plataformas de comercio electrónico, que se convirtieron en el salvavidas para emprendedores y pequeños comerciantes para seguir a flote en esta pandemia, no es acertado. Se impone un aumento de 2.76 por 1000 al impuesto del ICA para el comercio de productos a través de Internet al por menor, gravado con la tarifa máxima a nivel nacional (13,8%). No se aporta al crecimiento, se genera desestimulo a un sector que ha permitido a muchos comercios mantener vigentes sus ventas y flujo económico. Gravarlo es equivalente a aumentar la carga tributaria del único canal de ventas para muchas empresas que hoy solo perciben una fracción de sus ingresos habituales.

Las actividades a las cuales les aumenta la tarifa son aquellas que por causa de la pandemia han aumentado sus ventas: Comercio al por menor a través de Internet, casas de venta o por correo, no realizados en establecimientos y al por mayor de productos farmacéuticos y medicinales. Sin embargo, la tarifa se incrementa considerablemente. ¿Qué pasa con el resto de comercio al por mayor, que se han beneficiado durante la pandemia (computadores, televisores, etc.)?

Lo Positivo

Positivo que otro de los sectores con cuantiosas pérdidas, como es el del entretenimiento, se lleve un alivio tangible como es la exención del 100% del predial en los años 21 y 22 y el 50% hasta 2030, para todos los teatros y museos de la ciudad. Sin duda, una medida que les ayudará a recuperarse y crecer en tiempos de crisis, pero adempas estimula el ejercicio de la cultura en Bogotá.

Implementar el régimen simple, definitivamente es una buena opción para disminuir la carga de impuestos de las empresas actualmente formalizadas y legalizadas, así como ofrece un incentivo a la formalización de las actividades informales, en las cuales el Distrito asume de manera conjunta el Registro y Renovación de la Matrícula Mercantil de los nuevos empresarios en el periodo 2021-2026, generando nuevos empleos en la ciudad. Este incentivo debe extenderse a todas las empresas ya formalizadas, por su compromiso con la ciudad. Así también, la opción de que los empresarios informales se vinculen al sector productivo y accedan a microcrédito y crédito para financiar capital de trabajo, materia prima, insumos, equipos y pagos de nómina favorece la inclusión laboral de mano de obra calificada y no calificada.

El fortalecimiento de los mecanismos de anticorrupción y prácticas ilegales para personas naturales y/o jurídicas, servidores públicos y organizaciones delictivas representan un cerco de seguridad para poder llevar a cabo el recaudo propuesto de los 11 billones de pesos y el favorecimiento económico de la ciudadanía. Por otra parte, el aumento en el Cupo de Endeudamiento de la Ciudad por 10.8 billones de pesos permite obtener los recursos a corto y mediano plazo mientras, este Proyecto de tributación avanza y se consolida en los próximos años.

Todavía le falta al proyecto, ahora, desde el Concejo de Bogotá estudiaremos y alimentaremos el documento presentado por el Distrito para que sea aprobado cumpliendo las expectativas de los ciudadanos afectados que han aportado tanto a la ciudad y hoy esperan el salvavidas para su crítica situación. Es una realidad que la ciudad necesita de los impuestos para sostenerse en la crisis, la estrategia de reactivación inicial no puede ir enfocada a mantener o incrementar el gravamen al comercio, más bien, direccionarse a la consecución de recursos sin afectar directamente el bolsillo de quienes intentar levantar sus negocios, que le han respondido siempre a Bogotá desde la formalidad con sus impuestos y son estructura fundamental para la generación de empleo y con mejores alivios podrán contribuir mejor en la pospandemia en este sentido.

Lucía Bastidas

Concejal de Bogotá

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