Recientemente se determinó una acción de nulidad sobre el Decreto 565 de 2017, que establecía que “la Secretaría de Ambiente garantizará que las intervenciones en los humedales se realicen conforme a los usos y condiciones establecidas para los parques ecológicos distritales de humedales en el Decreto 190 de 2004 - POT de Bogotá”, lo cual no representa que las obras que están en proceso sobre rondas de humedales o espacios naturales se paralicen o se suspendan.
El juez en su decisión, indica que la determinación no se produce por razones técnicas o acciones fuera de la ley o en detrimento del ambiente; sino argumentando que no se cumplieron supuestamente los procesos de participación, lo cual no es cierto, frente al proceso del humedal Juan Amarillo, sobre el que entre marzo y septiembre de 2018 se realizaron más de 15 socializaciones para resolver dudas con la ciudadanía. De allí que no se evidencian implicaciones claras sobre la nulidad del Decreto, dado que está basado en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, vigente para la ciudad permite intervenciones de recreación pasiva, tal como ocurre en estos casos.
Humedales Juan Amarillo y Jaboque con senderos y más protección
Es cuestionable que no se muestre con soportes técnicos que alguna intervención en los humedales ha estado afectando el equilibrio ecosistémico, porque los estudios buscan delimitar las áreas protegidas y las Zonas de Manejo y Preservación Ambiental- ZMPA.
En el Humedal Juan Amarillo, se está ejecutando la construcción de un puente de 1,2 km que permita recorrer desde la ciudadela Colsubsidio hasta el sector de Lisboa en Suba a pie o en bicicleta en un promedio de entre 5 y 10 minutos. Obra que se soporta en el POT y en los PMA, con permisos en correspondencia con estos instrumentos. Por ejemplo, el Acueducto de Bogotá certificó que se encuentran en ejecución física con los permisos de ocupación de cauce y silvicultural. No es una obra ilegal, cumple con el artículo 96 del POT, norma regidora en estos temas, y el Plan de Manejo Ambiental- Resolución 3887 de 2010; incluso, tiene un protocolo para el manejo de fauna silvestre, con el fin de prevenir impactos negativos en la fauna; y, cuando actualmente tiene 1.969 árboles, el proyecto contempla sembrar 250 nuevos.
Los ciudadanos de Lisboa en Suba, que se arriesgan cruzando por el humedal en improvisadas tablas, afectando severamente las funciones ecosistémicas de este cuerpo ambiental, dejarán de hacerlo, gracias a la estructura que tendrá pilotes construidos en material prefabricado en concreto postesado, permitiendo el paso del agua sin ningún problema.
Respecto al Humedal Jaboque, se adelanta con los mismos protocolos, la construcción de un sendero elevado de 5.5 km que permitirá conectar el barrio Unir II con el Río Bogotá. Se plantea dentro del proyecto la construcción de dos aulas ambientales que permitan que la ciudadanía conozca y se apropie de sus entornos naturales, independiente las condiciones socioeconómicas.
Infraestructura sostenible, con fortalecimiento ambiental que trae resultados
Hay que dejar de señalar que las intervenciones de la anterior administración se basan solo en infraestructura, cuando se trata de proyectos integrales en los que prima la protección del ambiente. Como en el caso del Juan Amarillo, donde la empresa Acueducto y Alcantarillado de Bogotá logró retirar 10.528 toneladas de material vegetal, recuperar 15.2 hectáreas de espejo de agua, corregir 811 puntos de conexiones erradas que tenían 5 puntos de carga contaminante sobre el humedal, hacer una compensación de 83 árboles afectados. Pero además es válido precisar que:
ü Se han invertido recursos por más de 342.000 millones de pesos para recuperar los humedales de la ciudad, que cumplen una importante función hidráulica que ayuda a la regulación de los caudales de ríos en épocas de invierno.
ü Se han eliminado 756 descargas que vertían aguas residuales, la mayoría de ellas en el humedal Juan Amarillo, con 409 conexiones corregidas y 19 en el humedal La Conejera.
ü Se han identificado y están en proceso de cierre otros 314 vertimientos de agua residual en los humedales Capellanía, El Burro, Jaboque, La Conejera, La Vaca, Techo y Tibanica.
ü Se logró con gestión efectiva y pensando en el medio ambiente que 11 de los 15 humedales de la ciudad alcanzaran la categoría RAMSAR, donde solo Bogotá tiene esta categoría en América Latina.
Por ende, preocupa que una vez el juez determino la nulidad del Decreto 567 de 2017, se busque frenar las obras adelantadas que permiten una mayor apropiación de la ciudadanía a los espacios naturales que tenemos. Más que preocupación ambiental, se responde a temas políticos y de oposición a la anterior administración, inclusive alcanzando una cuestión de segregación social, al querer impedir la conexión entre el barrio Lisboa y la ciudadela Colsubsidio, a pesar de que en la socialización se aclaró que el sendero del Juan Amarillo contará además con cámaras, vigilancia y alumbrado.
Aquí, las obras, que se ajustaron todo el tiempo a la ley, deben concluir como inicialmente se estructuraron por el beneficio que representan y en aras de proteger los recursos de la ciudad. Hay que pensar lo desastroso que es para el ambiente tener que demoler, cuando la obra del Juan Amarillo tiene el 70% de ejecución y la del Humedal Jaboque un 50%, de acuerdo al Plan de Manejo Ambiental de cada humedal.
Concejal de Bogotá
