¿Qué está pasando con la seguridad de Bogotá?

Es preocupante que, como consecuencia de hurtos violentos, asesinen a ciudadanos a plena luz del día. Hace un mes y medio fue Oswaldo Muñoz en Transmilenio; hoy en la madrugada, fue asesinada una persona con arma de fuego al interior de un SITP en el barrio Quiroga. Estos hechos reavivan el debate de la inseguridad.

En términos generales, respecto al año 2019, la ciudad se encuentra en mejores condiciones de seguridad en la mayoría de los indicadores, así mismo se presenta un estado delictivo con niveles de crimen actuales inferiores a los registrados históricamente. Eso dicen a primera vista las cifras, pero, es difícil saber y delimitar si dicha reducción se ha debido a la gestión del gobierno distrital o como consecuencia de la pandemia y los meses en que, por el aislamiento obligatorio, los ciudadanos se confinaron en sus hogares. Por ello cabe preguntarse ¿realmente ha mejorado la seguridad? ¿se sienten seguros los capitalinos?

CIFRAS DE SEGURIDAD EN BOGOTÁ ENERO-OCTUBRE 2020 VS. 2019

a. El boletín mensual de indicadores de seguridad y convivencia en Bogotá más reciente del mes de octubre, revela que el homicidio ha aumentado en un 1,9% en comparación con el año anterior. Llama la atención que para noviembre de 2019 se presentaron 100 homicidios y en diciembre de ese mismo año aumentaron a 129[1].

Aunque los delitos sexuales disminuyeron en la capital en un 29,4% con respecto a enero-octubre de 2019, llama la atención el aumento en un 450% en la Localidad de Sumapaz, que pasó de 2 casos en 2019 a 11 casos este año.

Ocurre algo similar con la violencia intrafamiliar, que tuvo un aumento del 0,8% en comparación con el año anterior, pero en Sumapaz se registra un aumento de 1200%, pasando de 1 caso en enero-octubre de 2019 a 13 casos en lo corrido de este año.

Allí, donde se ve estos incrementos tan importantes es necesario realizar actividades de seguimiento y prevención, son alertas importantes de que algo está ocurriendo en las localidades y de que, en temporadas como la de fin de año, pueden llegar a aumentar las riñas, hurtos y además los homicidios.

b. El tipo de delito con las peores estadísticas sigue siendo el hurto a bicicletas, con un aumento del 36,9%. Las localidades en donde más se sufre de este flagelo son Kennedy (1513 casos), Engativá (1355 casos), Suba (1211) y Bosa (849 casos). Sin embargo, hay localidades donde se ha incrementado este fenómeno abismalmente como Usme (un aumento del 138.7%), Antonio Nariño con 133.8% y San Cristobal con 119.6%. Las autoridades deben estar atentas a los lugares donde más transitan personas en este medio de transporte y donde más se presenta el hurto a bicicletas, sin desconocer que las bandas delicuenciales pueden ser dinámicas y cambiar de zonas, como lo indican las cifras.

INSEGURIDAD EN TRANSMILENIO

Existe una aparente concentración del hurto a personas alrededor de las estaciones y portales de Transmilenio (TM). Aunque se puede cuantificar la cantidad de personas que están haciendo uso del transporte público, es difícil conocer el nivel real de delitos, ya que el nivel de denuncia es bajo (casi solo la mitad de ciudadanos denuncia). Allí tenemos una primera barrera para cualquier análisis y estudio que busque dar cuenta de la realidad en materia de inseguridad en TM[2].

Un estudio llevado a cabo por la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, publicado el 7 de febrero de 2019, muestra que las tasas de atraco para los años 2016, 2017 y 2018, son más altas en el centro de la ciudad, en estaciones comprendidas entre la Calle 26 y la Calle 6, y la carrera 10 y carrera 29. Al analizar el cosquilleo también es preponderante en estaciones del TM del centro de la ciudad, como Universidades, la avenida Jiménez y la Calle 26, y en algunas estaciones en las que se hacen trasbordo que generan aglomeración y facilitan esa modalidad de robo.

Se concluye que el tránsito peatonal mantiene una relación de U invertida con el hurto oportuno y el hurto violento. Ello lo respalda el hecho de que la mayoría de las estaciones con las tasas de delito más altas no son las más transitadas, sino aquellas con niveles bajos e intermedios de tránsito. Esto se explica por el fenómeno de la vigilancia de los ciudadanos en un entorno determinado, donde disminuye la probabilidad de cometer el delito por parte de los delincuentes, al no poder pasar desapercibidos. Las campañas de vigilancia comunitaria son una forma costo-efectiva para prevenir el crimen, apelan a la solidaridad ciudadana para que denuncien actividades criminales o sospechosas.

PERCEPCIÓN CIUDADANA SEGUNDO SEMESTRE 2019[3]

Conforme a la Encuesta de Percepción y Victimización II Semestre de 2019 a cargo de la Cámara de Comercio de Bogotá, sólo el 41% de los ciudadanos considera que su barrio es seguro, y que la calle es el lugar del espacio público más inseguro de la ciudad con un 35%, seguida por los puentes peatonales con un 23%. Por otro lado, el 30% de los ciudadanos reportó haber sido testigo de un delito.

Transmilenio es percibido como un lugar inseguro, principalmente por los hurtos. Para cerca del 81% de los ciudadanos es inseguro. Las razones para lo anterior son los hurtos en la modalidad de atraco, cosquilleo, raponazo (39%); la operacionalidad del sistema, debido a las aglomeraciones, frecuencias y horarios (25%), la presencia de habitantes de calle y vendedores informales (15%); así como la capacidad de respuesta de las autoridades, debido a la dificultad para denunciar y escasa presencia de policías (7%).

Sin embargo, al preguntar a los ciudadanos por las principales razones por las cuales considera el transporte público en general como inseguro por razones asociadas a la operación, los ciudadanos manifiestan: congestión y aglomeraciones (50%), poca presencia de Policía y vigilancia (42%), poca disponibilidad de rutas (frecuencias y destinos) (39%). El hurto es el delito que más sufren los bogotanos con un 57%, y la mitad de los delitos de los cuales son víctimas ocurren con violencia.

De cada 1000 ciudadanos 129 fueron víctimas de hurto a personas. El elemento más robado en el periodo de análisis fue el celular con 36%, el elemento que más utilizó el agresor fue arma blanca con un 43%, y el lugar donde más ocurrió el delito fue en las calles o avenidas con un 55%, seguido por Transmilenio con un 15%, el transporte público con un 9%, y establecimientos comerciales con un 4%.

El indicador de denuncia se ubicó en 44%, y desde 2008 a 2019 en promedio se mantuvo en apenas 34%. Por otro lado, menos ciudadanos hicieron uso de la Línea 123 en el segundo semestre de 2019 (apenas el 18%) en comparación con el mismo periodo en 2018 (25%).

La principal fuente de información que le permite formarse una opinión a los ciudadanos sobre temas de seguridad son los noticieros en televisión (51%), redes sociales (19%).

RECOMENDACIONES A PARTIR DE CIFRAS Y PERCEPCIÓN CIUDADANA

Para los ciudadanos, las calles lideran la percepción de inseguridad en factores asociados al espacio público. Por estos días, los ciudadanos están acudiendo masivamente a realizar las compras navideñas, por lo que, además de controlar las aglomeraciones y las medidas sanitarias para mitigar el contagio, debe haber un presencia importante de la administración especialmente en zonas como San Victorino, San Andresito y en general zonas de comercio y de ventas informales callejeras, donde las bandas aprovechan para hurtar.
Integrar en la agenda las tasas de delito que están al alza, pero también la variable de percepción de la seguridad. Es preciso desarrollar acciones de mejora en los servicios de atención en la línea 123.
Para el próximo año, en un posible escenario donde se retomen las actividades en colegios, universidades y oficinas -y por tanto incremente el nivel de ocupación en los articulados de Transmilenio-, se deberá fortalecer la operación del sistema, pues la poca frecuencia de algunas rutas y las aglomeraciones son causantes de cosquilleo y hurto. Transmilenio y la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia deben trabajar de la mano, pues es donde se presenta alta cantidad de hurtos a ciudadanos y de ambas entidades depende que mejoren las cifras en esta materia.
Es indispensalbe hacer un seguimiento a la mutación y transformación de las bandas criminales, pues vimos que este año, la bicicleta pasó a ser el elemento que más se hurta y ya no el celular.
En general, hay una relación positiva entre crimen y tránsito de personas, es decir, el gobierno no sólo debe ocuparse de donde residen los habitantes, sino también tener un referente de los desplazamientos, trátese de empleados, estudiantes o transeúntes en general para desarrollar estrategias para abordar la inseguridad.
Los medios de comunicación y redes sociales juegan un papel determinante en la percepción que se forman los ciudadanos de la inseguridad. Al respecto, un reto es buscar espacios de construcción conjunta y responsable de información, pero que además no sólo se den a conocer hechos o cifras sino sensibilizar a la ciudadanía sobre la ruta para denunciar delitos y su corresponsabilidad en la seguridad de sus barrios y del espacio público. Esto teniendo en cuenta que casi la mitad de los hurtos se dan sin violencia y por el factor oportunidad.