La pandemia del COVID-19 ha llevado a Bogotá a enfrentar situaciones muy difíciles. Según datos del Observatorio de Salud, al cierre de este escrito (6 de abril) la ciudad representaba el 28,3% del número de reportados en Colombia, con un total de 694.715 acumulados, de los cuales 665.132 se han recuperado, es decir el (95,9%) y un total de 14.506 personas fallecidas el (2,1%). Para esta fecha se confirmaron 1.137 casos nuevos.
Por lo anterior, resulta importante y necesario analizar si las medidas adoptadas por las autoridades -en picos anteriores- han sido efectivas para enfrentar la crisis provocada por el aumento de contagios.
La principal de estas crisis por las que ha atravesado Bogotá, es la alta ocupación de unidades de cuidados intensivos (UCI) en la red hospitalaria de la ciudad, porque no se les ha dotado con las suficientes camas UCI para tratar a los pacientes con síntomas graves asociados al COVID-19. Por tal motivo, es importante analizar cuántas de estas se requieren en cada clínica y hospital para que no se vuelva a presentar este déficit.
Durante los meses de junio y agosto la ciudad atravesó por lo que sería el primer pico de la pandemia, así lo revelan datos del Observatorio de Salud de Bogotá, que indican que el 30 de julio fallecieron 122 personas por COVID-19, siendo este el día con mayor número de muertes reportadas en el primer pico. El promedio de los últimos 15 días de ocupación de camas UCI para el 15 de julio fue del 89,81% y del 86,4% para el 15 de agosto. Las localidades más afectadas por el número de contagios fueron Kennedy, Suba, Engativá, Bosa y Ciudad Bolívar.
Hasta el 18 de agosto de 2020, el 35% de los casos reportados en Colombia por COVID 19 se ubicaban en Bogotá y de esta misma forma el crecimiento de contagios en la capital entre el 15 de julio y el 15 de agosto fue del 80%. Frente a esta situación la Alcaldía implementó la cuarentena estricta para 7 localidades que se llevaría a cabo del 19 al 30 de agosto y se le dio continuidad a la medida del pico y cedula.
Esto ayudó a disminuir el número de contagios del primer pico, sin embargo, es necesario decir, que no fueron implementadas a tiempo, es decir, antes de que el número de casos se disparara.
En el mes de septiembre, el Gobierno Nacional decretó la reapertura de la economía a excepción de las actividades que involucran aglomeraciones, esto representó un alivio para los comerciantes y empresarios que habían permanecido tantos meses inactivos. A partir de esta fecha solo se continuaría con el aislamiento selectivo para algunos sectores de la población como el de los adultos mayores.
Los expertos sostienen que el relajamiento en las medidas por parte de las autoridades, sumado a la indisciplina social, impulsó el segundo pico de la pandemia. En diciembre de 2020 la Alcaldía de Bogotá mantuvo únicamente el aislamiento selectivo y recomendó el aislamiento voluntario, además de aplicar algunas restricciones en la venta de bebidas alcohólicas, sin poner orden en el sector informal en calles y andenes.
Por esta razón, de acuerdo con los datos del Observatorio de Salud de Bogotá -el segundo pico de la pandemia- se vivió en la capital a finales del mes de diciembre 2020 y hasta mediados del mes de enero del 2021. Estos datos también indican que el promedio de los últimos 15 días de ocupación de camas UCI al 15 de enero fue del 93, 76%, siendo el 14 de enero el día con más fallecidos por COVID -19 con un total de 116 personas.
Lo anterior obligó al Distrito a trasladar pacientes de la capital a otras ciudades del país para no llegar al 100% de ocupación de camas UCI y a decretar medidas en medio del segundo pico para contener el contagio del virus, como la cuarentena general entre el 15 y 18 de enero y la implementación de cuarentena por localidades y UPZ.
Ahora que estamos a la puerta del tercer pico en la ciudad de Bogotá, hago un llamado a las autoridades del Distrito para que adopten medidas de manera oportuna y se evite un alto número de contagios en la ciudad y así salvar el mayor número de vidas posibles en la capital del país. No sería lógico que las lecciones de las crisis anteriores no se hayan aprendido.
Concejal de Bogotá
