La Alcaldía radicó hace unos días el proyecto de acuerdo 462 que autoriza el ingreso de Bogotá a la Región Metropolitana, esto acorde a lo establecido en la ley 2199/22 la cual establece que como Concejo de Bogotá tenemos la responsabilidad de determinar si se da o no el ingreso.
Se radica un proyecto que genera más divisiones que el deseo de unión, esto evidenciado en el cabildo abierto que se dió en el recinto, donde concejales de municipios, ciudadanos manifestaban que de ingresar a la Región Metropolitana serán Cundinamarca y Bogotá quienes tomarán realmente las decisiones, mientras que los municipios serán espectadores dentro de este proceso que promete mejorar las condiciones de la región.
Todo esto disfrazado en ese discurso que tiene la alcaldía al argumentar que esta propuesta es única y que no la han realizado administraciones anteriores, además justifican la protección ambiental como suele ser el discurso de la alcaldesa, decir una cosa que genera eco en los medios, pero la realidad es diferente a lo anunciado, no pierde la oportunidad como si estuviera en campaña política. Esto en primer lugar por la solicitud que realizó al gobierno nacional para crear una autoridad ambiental que vaya de la mano con esta región, esto va en contravía a lo que la ley dice acerca de la CAR que seguirá siendo el ente responsable en los temas ambientales de la región. Una clara propuesta populista porque muchos congresistas cercanos a la alcaldesa dejaron esa constancia en el proyecto que hoy es ley. Al proponer una nueva autoridad ambiental la alcaldesa olvida las herramientas que existen para la protección ambiental de recursos como el Río Bogotá ¿Van a desconocer las órdenes de la Sentencia de Río Bogotá que ha logrado avances en la descontaminación del río? ¿Por qué no cumplir con la orden 4.2 para crear espacios como el Consejo Estratégico de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá - CECH- y el Fondo Común de Cofinanciamiento -FOCOF? ¿Más institucionalidad garantiza el funcionamiento de la región? Alcaldesa del afán solo queda el cansancio
Por eso no sorprende la respuesta de la Ministra de Ambiente, debido a que este proyecto no ha sido discutido en el Concejo por maromas que se volvieron una constante y no permiten una discusión real de este tipo de proyectos, pero también es incoherente seguir con un proyecto que desde la raíz presenta esos vacíos que la alcaldesa creyó que por apoyar solapadamente al hoy gobierno nacional, las objeciones y peros a sus proyectos autoritarios iban a pasar como sin nada.
Dos años y medio después del gobierno de Claudia López vuelve a repetirse la historia como ocurrió en la discusión del POT cuando afirmó "mejor hacer algo así no sea perfecto a no hacer nada" lo cual es un grave error porque antepone su interés por mostrar resultados para su campaña presidencial, sin estimar los daños que estas propuestas tienen para la ciudad y la región. Su necesidad de imponer ha llevado a mostrar incoherencias habla de cuidar la ruralidad, la estructura ecológica de la ciudad y la región, pero calla ante la expulsión que el Decreto 555/21 generará en los bogotanos de menores recursos a la sabana y su cacareada visión de "ciudad de 30 minutos" llevará a que los ciudadanos pierdan tiempos de desplazamiento dejando como consecuencia una mala calidad de vida.
La ciudad y la región merecen claridades sobre las consecuencias de la Ley 2199/22 y el Decreto 555/21, no un discurso basado en un ideario de ciudad y región alejado de la realidad como es el crecimiento de la ocupación de la Sabana, mientras se habla de unas "soluciones" que serán insuficiente como los trenes regionales, así como la no construcción de la ALO norte y ver como la ciudad supuestamente "reverdece" mientras el suelo de la sabana se sigue ocupando por decisiones populistas de Claudia López.
Lucia Bastidas
Concejal de Bogotá