ROSA ELVIRA CELY NO TE OLVIDAMOS TU IMAGEN SIEMPRE PRESENTE

Ningún homenaje devolverá su sonrisa y sus sueños, el amor a su familia y el cuidado a su hija. Pero su nombre ha quedado para la historia de un país que a partir de su crimen ha reflexionado ha pensado y levanta la voz para defender a las mujeres como ella, sacrificadas por el machismo y la inconsciencia.

Rosa Elvira Cely nació en Bogotá. Murió a los 35 años y dejó una hija de 12, hoy una joven adolescente que ha crecido con el dolor de la pérdida de su madre a quien ha visto convertirse en símbolo contra la impunidad.

Todas las agresiones posibles profanaron su cuerpo, incluidas la negligencia y la desidia estatales, que ayudaron a agravar su condición en los minutos posteriores a la agresión que se llevó su vida.

Su sacrificio llevó a consagrar en la ley el delito de feminicidio. Y aunque esos crímenes no han parado hoy hay unas penas de prisión más altas y la convicción de la sociedad de que el feminicidio no es un invento de mujeres.

No olvidamos los daños, los moretones, las laceraciones de su cuerpo. No debemos olvidarlos para no validar las agresiones y los ataques sin sentido. Pero hoy recordamos a la mujer, a la madre, a la hija, a la estudiante, a la compañera solidaria. A la mujer con sueños. No la olvidamos porque soñamos que su historia jamás se vuelva a repetir.

Rosa Elvira, no te olvidamos. Tu imagen sigue presente.