El manejo abusivo y hasta ilegal del Consejo Superior Universitario, en el ejercicio que su autonomía (mal entendida), ha desplegado una serie de decisiones que atentan contra el futuro inmediato de la universidad.
Bien documentadas y denunciadas han sido las artimañas producidas por este organismo para hacerle conejo a las propias directivas trazadas en consejos pasados y así saltar escollos insalvables para darle solución por ejemplo a la designación de un rector en encargo, que en principio no cumple requisitos, pero que ahora sí, para el que llegue, debe cumplir un perfil más alto y adecuarse a la normatividad.
Otro asunto bien polémico lo establece la vinculación especial de docentes que hoy en día casi quintuplica la población de docentes de planta incurriendo en el desconocimiento que la Sentencia C 614 de 2009 en la que la Corte encuentra que la prohibición a la administración pública de celebrar contratos de prestación de servicios para el ejercicio de funciones de carácter permanente se ajusta a la Constitución, porque constituye una medida de protección a la relación laboral, ya que no sólo impide que se oculten verdaderas relaciones laborales, sino también que se desnaturalice la contratación estatal, pues el contrato de prestación de servicios es una modalidad de trabajo con el Estado de tipo excepcional, concebido como un instrumento para atender funciones ocasionales, que no hacen parte del giro ordinario de las labores encomendadas a la entidad, o siendo parte de ellas no pueden ejecutarse con empleados de planta o se requieran conocimientos especializados, denunció el cabildante.
Lo anterior demuestra que la Universidad ha venido desnaturalizando e incumplido la carrera docente gravemente con la violación de este principio.
Vistas las cosas de esta manera, muy difícilmente podemos estar tranquilos ad portas de la inversión que la universidad realiza sobre el predio de Bosa – Porvenir y del manejo poco ético que se advierte sobre el futuro de esta obra, dadas las características y las singularidades al interior del centro educativo bajo la égida de la “Autonomía Universitaria”, advirtió Nieves Herrera.
El Concejo de Bogotá ha estado de acuerdo y ha aprobado recursos para la infraestructura de la misma.
El futuro del Centro Universitario de la capital de la República está pendiendo de un hilo y la principal conclusión es que se debe nombrar sin dilación alguna un Consejo Superior Universitario que represente todos los sectores de la comunidad universitaria y se preste una atención y veeduría al desarrollo de las actividades que realiza la universidad para que la democracia se viva y se fortalezca la academia. Es inaceptable que la Universidad de Bogotá, por posibles maniobras no tenga completa la integración del C.S.U. con ausencias tan fundamentales como los representantes de los estudiantes, los docentes y los egresados... se requieren su integración inmediata.
El concejal está dispuesto a contribuir como concejal de Bogotá y sin atropellar las decisiones autónomas de la comunidad universitaria en la búsqueda de soluciones a las problemáticas que hoy vive la universidad.
“Las “decisiones” no deben paralizar el desarrollo de la universidad, los estudiantes no deben verse afectados y más quienes tienen la esperanza de ingresar a este centro universitario distrital en sus distintas sedes. La futura sede de la Universidad ciudadela el Porvenir debe ser una realidad en el corto tiempo”, puntualizó Celio Nieves.
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