A 94 días para finalizar el desgobierno de Claudia López, cerca de 25 contratistas consultores de obras de ingeniería que hoy se desarrollan en la ciudad demandarán al Distrito ante la falta de gestión del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y una serie de circunstancias como lo son:
- No invierten suficientes recursos en ingeniería. Los estudios son precarios para identificar las redes y todo lo que hay debajo de la superficie para poder hacer un diseño adecuado. Lo que impide que se ajuste a la realidad de la obra y no comprende todas las actividades que debe realizar quien hace la obra.
- El contratista debe revisar los diseños defectuosos y asumirlos, pero el IDU exige casi que un nuevo diseño y no reconoce el costo de los nuevos estudios ni el valor de los profesionales.
- Surgen precios y costos adicionales de ítems no previstos cuya aprobación e incorporación al contrato es demorado por los trámites del IDU y se generan demoras en la ejecución de las obras.
- Hay fuego amigo entre las entidades del Distrito. Falta coordinación interinstitucional para entregar permisos, planes de manejo y otros avales, que sólo terminan afectado el inicio y desarrollo de las obras. El IDU evade la responsabilidad para generar estas sinergias. Siempre surgen redes que no son responsabilidad del contratista, pero cada entidad dueña de la red debe aprobar el diseño particular para intervenir, hacer la maniobra que cada red requiere para que el contratista pueda ejecutar el contrato. Cada red tiene entidades públicas que no están coordinadas entre sí, lo que hace que mientras eso no se resuelva, no se pueda realizar el contrato.
- No se está siguiendo el debido proceso y la entidad está impartiendo sanciones a diestra y siniestra a los contratistas desconociendo las faltas de planeación.
Es preocupante que frente a esta situación, la alcaldesa les haya dado la razón a los contratistas consultores y no hiciera nada en estos cuatro años de gobierno, pero si impone sanciones que ponen en vilo la continuidad de la obras de infraestructura social que pagaron los bogotanos con sus impuestos.
He advertido de la necesidad de hacer una reestructuración al IDU, para hacerla una entidad más moderna, más técnica y que pueda superar los problemas de gestión y planeación. Esta tarea será imperativa para que la siguiente Administración la lleve a cabo.
Finalmente, hago un llamado a la Personería Distrital y a la Procuraduría General de la Nación para que revisen las actuaciones administrativas que se vienen adelantando al interior del IDU sobre los contratistas consultores y sobre los riesgos que tienen estas de cara a la próxima administración.