La demora coincidió con la entrada en vigencia de la ley de garantías y me encontré con el siguiente panorama: Hay un equipo de trabajo postulado en su totalidad por el exconcejal, ya que cada concejal tiene derecho a postular su equipo de trabajo, pues son personas de confianza; el deber ser es que cada concejal tiene su equipo, pero ahí permanecen desde hace 8 meses, usando recursos del Concejo (computadores, impresoras papelería, teléfonos; oficina). Solicité a la mesa directiva que los reubicarán y la respuesta es que no es posible lo que significa que no puedo trabajar en las mismas condiciones que los demás cabildantes, entonces seguiré trabajando por la ciudad desde el recinto.

Sé que por parte de la Dirección Administrativa del Concejo no tengo ninguna garantía ya que representa al exconcejal y ella obedece a su jefe.

He recibido el apoyo y solidaridad de algunos colegas y de la Secretaría de la Comisión de Presupuesto que me han brindado apoyo para tener acceso a los recursos normales de funcionamiento y a que sus colaboradores apoyen mi actividad normativa (Exconcejal Angélica Lozano. Concejales Marco Fidel Suárez; Juan Carlos Florez, Hosman Martínez y Roberno Hinestrosa Rey).

Sin embargo, sigo atenta trabajando por la ciudad que amo profundamente, por defender a las mujeres de la ciudad, los procesos de participación, porque tengamos un sistema masivo de transporte digno, porque recuperemos el centro de la ciudad y el espacio público y construyendo el camino de la paz desde Bogotá para Colombia.

Le he planteado la situación de desventaja y vulneración de mis derechos a la Veeduría, Contraloría y Personería, sin embargo, hasta ahora reina el silencio.