Sin reglamentación, el bicitaxismo crece sin control
Viernes 18 de marzo de 2022
El bicitaxismo es una actividad que brinda una alternativa de movilización de las personas dentro y fuera de las ciudades; sin embargo, la falta de reglamentación de esta actividad puede desencadenar externalidades negativas en el marco de la seguridad vial. La importancia de los bicitaxis radica en que éstos se fueron especializado en cubrir zonas de la ciudad que el transporte público masivo o colectivo no cubría o que no lo hace con la frecuencia deseada; de este modo, los bicitaxis se han convertido en una suerte de "alimentadores" del sistema de transporte público de Bogotá.
En debate de control político que adelantamos el mes de enero de 2019 demostramos que era imperioso reglamentar oportunamente y de manera definitiva el bicitaxismo como medio de transporte público en la ciudad de Bogotá, de tal manera que se beneficiaran tanto a las personas que se dedican a esta actividad, como a los usuarios, buscando mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, en la medida en que se garantice la seguridad de todos los actores viales: peatones, ciclistas, motociclistas y conductores.
Lamentablemente, como podemos ver hoy en día, el vacío legal existente ha generado un crecimiento desmedido de esta actividad, ocupación indebida del espacio público, afectación al medio ambiente y, en algunos casos, la afectación de la seguridad de los actores viales.
El estudio "Evaluación preventiva de la seguridad vial del bicitaxismo en Bogotá bajo un enfoque sistémico"[1], permitió identificar que normativamente, desde el año 2004, se han venido tomando decisiones para la reglamentación de vehículos no motorizados hasta que, en 2018, el Ministerio de Transporte reglamentó y autorizó la prestación del servicio público de transporte de pasajeros en tricimóviles, mediante la Resolución 3256, en cumplimiento de la Sentencia T-442 de 2013.
Asimismo, el estudio citado permitió evidenciar que cerca del 50% de los vehículos presentaban carencias de elementos que garantizaran la seguridad de sus ocupantes, deficiencias estructurales, de iluminación, retroreflectividad, espejos y pitos, en algunos casos por el mal estado de éstos y, en otros, por la ausencia de dichos elementos.
En cuanto al comportamiento, el estudio reveló que se presenta imprudencia en la operación de los vehículos por parte de algunos conductores, quienes no portan elementos de seguridad, conducen de manera imprudente, con poca atención y cumplimiento a las señales y normas de tránsito, generando situaciones de alto riesgo.
Por otro lado, los hallazgos de la inspección de seguridad vial demostraron deficiencias en la infraestructura vial, afectando la operación de los bicitaxis y la seguridad de otros usuarios; así mismo, permitió evidenciar que los elementos, en fase de operación, que generan mayor riesgo para el desarrollo de la actividad son las ciclorrutas y el entorno, mobiliario y paisajismo urbano.
La encuesta sobre atención y rehabilitación de víctimas indica que, en su mayoría, los conductores no cuentan con capacitaciones, pero en caso de existir situaciones de accidentalidad existe una responsabilidad por parte de los mismos, y participación por parte de los organismos de emergencia.
En cuanto al censo realizado por la Secretaría de Movilidad en 2019, se puede ver que éste no refleja la realidad de la prestación del servicio del bicitaxismo en la ciudad, pues en sus resultados indica que para ese año 4.646 vehículos prestaban el servicio, lo cual esta muy alejado de la realidad, pues para esa vigencia, los cálculos informales databan que más de 15 mil bicitaxis se encontraban prestando el servicio a lo largo y ancho de la ciudad capital, por lo cual es imperioso que la Administración Distrital realice un censo de bicitaxis con toda la rigurosidad que se requiere.
Por otro lado, consideramos que es una omisión grave que en el Plan Distrital de Seguridad Vial 2017-2026, Visión Cero, no se mencione el bicitaxismo en ninguno de sus acápites, en especial, cuando desde el año 2013 ya se encontraban constituidas organizaciones como la Asociación Transportadora Ecológica de Tricimoviles, Cooperativa Asotrans - Artisuba o la Federación Ecológica de Tricimoviles de Colombia (Fecotricol).
La importancia de este Plan radica en que brinda un enfoque ético a la seguridad vial y tiene como ideal reducir a cero el número de víctimas fatales o heridos graves de siniestros viales, por lo que es un grave error que no se contemplen a los bicitaxis como actores viales[2], lo cual permite inferir que el Plan en cuestión se encuentra desactualizado.
No obstante, si bien en el Plan Visión Cero no se hace referencia al bicitaxismo, vemos que este medio de transporte difícilmente cumple con sus ejes estructurantes, a saber: Institucionalidad y gestión de la seguridad vial; Actores de la vía, comunicación y cultura vial; Eje 3: Víctimas; Infraestructura segura; y Controles para la seguridad vial, tecnología y vehículos.
Por lo anterior, es necesario emprender las siguientes tareas:
1. Actualizar el Plan Distrital de Seguridad Vial.
2. Realizar adecuaciones a los vehículos, que permita garantizar la seguridad de sus ocupantes y reducir las velocidades de operación.
3. La modificación de algunos elementos en la infraestructura que minimice los riesgos en el desarrollo de la actividad.
4. Capacitaciones hacia los conductores en los procedimientos más apropiados en caso de accidentalidad y hacia una conducción más responsable e incluyente con los demás actores viales.
Adicionalmente, es necesario implementar acciones para la formalización de los empleados. La resolución 3256 de 2018 puede ser la oportunidad de acabar con la explotación de las personas dedicadas a esta labor, pues debido a la falta de normas, hay personas que, como ha dicho en varias ocasiones la Alcaldía, tienen hasta 30 bicitaxis con conductores sin pagarles seguridad social[3].