SISTEMÁTICA Y COHERENTE LA RECUPERACIÓN DE LA MALLA VIAL.
Gestión. Esa es la palabra clave que está tomando fuerza en Bogotá y que le está dando un significado a la inversión de los recursos públicos que los ciudadanos aportan con impuestos. Lo menciono por el impacto que está teniendo en la movilidad la gestión sobre la malla vial.
En los primeros ocho meses del año se taparon en corredores de gran impacto más de 25.000 huecos, con una inversión que por ahora va en unos 25 mil millones de pesos. Y lo importante es que el trabajo se ha hecho de manera organizada, sistemática y coherente con las necesidades de la movilidad de la ciudad, que tiene en el mal estado de la malla vial uno de sus mayores inconvenientes.
El caso más reciente es el de la avenida Boyacá, donde se trabajó a lo largo de los 30 kilómetros que tiene ese corredor, que conecta de sur a norte entre Usme y la calle 170. Allí, en una acción conjunta de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV) y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) se taparon 1.415 cráteres que estaban siendo causa de accidentes y caos para los conductores.
Es importante que no bajemos la guardia. Con ese sistema de acometer corredores completos para en tiempo récord recuperar las vías ya se ha logrado mejorar el estado de vías tan importantes como la Circunvalar, una de las primeras que fue intervenida al comienzo del gobierno y que esta a la vista de todos.
Fue el primer ensayo de trabajo por brigadas que delimitan el sitio del bache, hueco o cráter, limpian de escombros el lugar, verifican el estado del asfalto, taladran el sitio para retirar el material dañado, aplican el sellante y luego el nuevo asfalto, para proceder a compactarlo. Con este método, la Circunvalar fue arreglada en tres días entre las calles 80 y 6ª, gracias a que se taparon 88 huecos críticos que hacían de la circulación un karma si se tiene en cuenta que este es un corredor de alta velocidad.
Con el mismo sistema, se logró recuperar, también en la primera etapa tramos críticos de la autopista Norte, la calle 116, la calle 13, la avenida Primero de Mayo, la calle 80 y reciente la calle 19, que hacía 40 años no era reparada. Una vía emblemática del centro y solo ahora tuvo una intervención integral y adecuada.
El trabajo apenas comienza, y la responsabilidad no solo recae en la Alcaldía, sino en el Concejo y en la ciudad entera. No hay que olvidar que recuperar la malla vial demanda de recursos del orden de 11 billones de pesos. El adelanto que se ha logrado en estos primeros ocho meses muestran que, optimizados, los recursos pueden rendir y repercutir en el mejoramiento de la calidad de vida de la ciudad
De los 15.557 kilómetros carril de vías que existen en la ciudad, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) reporta que el 35 por ciento de la infraestructura está en mal estado, el 21 por ciento, regular. Solo el 44 por ciento está en buen estado. Y se espera en estos próximos tres años dejar en buen estado lo que falta.
Es un gran reto, pero devolver la movilidad con acciones tan prácticas como las brigadas que intervienen corredores enteros es provechoso no solo porque se realiza un trabajo más eficiente y erradicamos prácticas viejas de cerrar vías cada vez que se tapa un solo hueco afectando la movilidad de manera permanente, sino porque el impacto se da de inmediato y lo sienten los conductores, los peatones, los motociclistas y los ciclistas, que tanto sufren con los baches cuando circulan por las vías.
La otra estrategia que es preciso mantener es la de garantizar que los recursos que se invierten en mantenimiento vial cubran toda la ciudad, porque todas las localidades enfrentan el mismo problema: con estos primeros trabajos se han beneficiado zonas como Fontibón, Kennedy, Mártires, Usaquén, Puente Aranda y la zona centro, para solo mencionar algunas de las que han recibido la inversión.
Es grato y una buena noticia para los bogotanos saber que estamos recuperando las buenas prácticas, y se esta en proceso de erradicar casos como el de la calle 153 y el deprimido de la 94, donde la construcción vial ha salido costosa en recursos y cierres para los ciudadanos, por las fallas en la contratación que recibió de herencia este gobierno.
Esos dos proyectos viales han sido emblemáticos por lo negativo, por lo perverso de unos contratos en los que fallaron los contratistas y la administración de turno. Y que han salido costosos para los ciudadanos que viven encerrados en medio de mallas y metidos en trancones por las obras paralizadas.