A través de redes sociales se está promoviendo para hoy 18 de enero una “Colaton” para evadir el pago del pasaje de TransMilenio como protesta ante el alza en el valor de este. La administración Distrital ha abandonado el sistema y hoy vemos las consecuencias de la narrativa y discurso de odio que se incrementó en estos 3 años del desgobierno de Claudia López.
Transmilenio es el principal medio de transporte para los ciudadanos, el 29% de los encuestados por Bogotá Cómo Vamos en 2021 señalaron utilizar este sistema en su componente troncal, mientras que un 25% utiliza bus, buseta o colectivo incluyendo el componente zonal del sistema.
El panorama es desalentador, las zonas contiguas a las estaciones y portales están llenas de basura, sin iluminación y con malos olores resultado de ser tomados como baños públicos. Al interior de buses, estaciones y portales las ventas informales se han convertido en un mercado sin control, insalubre, contaminación auditiva e inseguridad, factores impiden una buena experiencia de viaje.
Las acciones interinstitucionales para todos los problemas del Distrito son indispensables. Para el caso del sistema se requiere que los sectores de Seguridad, Cultura, Gobierno y Movilidad realicen acciones conjuntas para evitar que la narrativa de odio siga deteriorando el sistema. En este punto, es fundamental que se trabaje en mejorar las frecuencias de los buses para evitar acumulación de pasajeros en las estaciones y los buses y así prestar un mejor servicio
La evasión o robo del pago de pasaje está aumentando el déficit del sistema. A la semana Transmilenio deja de percibir $10.600 millones. De continuar así, perdería $551.200 millones este año, como advertimos en los resultados del conversatorio sobre evasión en Transmilenio, organizado por Probogotá en julio del 2022. ¿No nos duele perder este dinero? ¿Qué pasaría si este dinero se perdiera en Integración Social o educación o salud? El compromiso de los usuarios con el pago del pasaje ayudaría a reducir el déficit del sistema y liberar recursos del Fondo de Estabilización Tarifaría – FET para invertirlos en los diferentes servicios sociales. Parece no importarle a la Administración Distrital la reducción del gasto y sanear las finanzas, no sólo del sistema sino de Bogotá.
La venta ilegal de pasajes en el componente zonal, es otro desangre al sistema. Existen bandas y particulares que utilizan las tarjetas personalizadas, para aprovechar el beneficio de 2 transbordos en 110 minutos, que de zonal a zonal es sin costo adicional. Así como, el uso de tarjetas de personas con beneficio Sisbén, que es el incentivo que se le otorga a personas con puntaje inferior 30,56, que pagan $1.650 pesos en las rutas zonales. Este robo le cuesta $9.560 millones anuales a la ciudad.
Rechazo rotundamente estas iniciativas delincuenciales que le roban a la ciudad y a los bogotanos. Hoy el sistema es un reflejo del desgobierno, del irrespeto por el otro, las ventas ambulantes, el desorden, las basuras y el caos. El Gobierno es un espectador ante esta situación.
Es momento de llamar las cosas por su nombre, no es evasión, es robo y somos todos los que pagamos las consecuencias de la decadencia en la que tienen sumida al sistema de transporte masivo de la ciudad.
LUCIA BASTIDAS UBATE
Concejal de Bogotá
