TransMilenio por la carrera 7ª es una necesidad inaplazable
Los 15.000 pasajeros de transporte público que se mueven a diario por el corredor de la carrera 7ª son razón suficiente para defender la construcción de la troncal de TransMilenio que el Distrito estima en un costo de 1,8 billones de pesos.
Sin duda es una buena noticia que pasemos de la improvisación y los anuncios a la realidad de las obras en una vía emblemática y crucial para la movilidad en el oriente de la ciudad, en la que la velocidad, si bien les va a los usuarios, hoy llega a 15 kilómetros por hora.
Con la troncal de TransMilenio la velocidad subirá a 26 kilómetros por hora y el número de pasajeros movilizados a 22.000. Es una solución de movilidad que no da espera. Los carriles exclusivos han sido el mayor éxito de TransMilenio por encima de las dificultades que pueda enfrentar el sistema y a la 7ª le hace falta.
Desde los años 90, cuando se ensayó con los llamados buses ejecutivos y súper ejecutivos se han hecho tantos anuncios, que los anaqueles ya no aguantan más papeles. Después de esos buses se creó una gerencia que buscaba imponer paraderos y orden y ni siquiera le entregaron a la ciudad un balance de gestión. La gerencia desapareció sin dejar rastro.
En el 2006, se propuso una troncal tradicional y se descartó; en el 2009 se habló de una troncal ligera, y tampoco se concretó la obra, aunque se firmó un contrato y de empezaron a adelantar obras preliminares para los desvíos. En el 2011 se anunció un corredor verde con buses ecológicos que tampoco pasó de las promesas.
La última promesa fallida, en 2012, fue la de construir un tranvía ligero a través de una Alianza Público Privada (APP), que tampoco se consolido. Se terminó poniendo a operar buses duales (con puestas a ambos lados) en un carril preferencial que no funciona porque los carros particulares, los taxis y el transporte de carga lo ocupan permanentemente.
Así que, es una buena noticia el anuncio de que se construirá una troncal de TransMilenio, que conectará la calle 32 con la 200, en un trayecto de 19,1 kilómetros, con 21 estaciones, un subterráneo en la calle 72 para conectar con la calle 80 y la avenida Caracas y otras intersecciones en las calles 100 y 170.
Los habitantes de Usaquén, en el nororiente de la ciudad, serán grandes beneficiarios de esta obra. Hoy tienen que padecer largos y pesados trayectos en buses que van en medio del trancón en una vía que privilegia al carro particular.