Luego de tres años de la administración de Claudia López queda claro que el manejo de la seguridad se ha caracterizado por el poco cuidado al espacio público, por donde se mire hay basuras regadas, reciclaje a cielo abierto, parques y calles a oscuras, factores que han detonado la inseguridad y que reflejan que la ciudad refleja la teoría de las ventanas rotas. Además, ha habido una relación quebrada con la policía, poca articulación con los organismos de control, un trabajo mínimo en la prevención del delito y un discurso contradictorio en torno a la impunidad.
La promesa que hizo en campaña de ser la jefe de la policía se quedó en el discurso, desde su primer día de gobierno y hasta la fecha han destacado los desacuerdos y la posición en contra de la institución. Recordemos que en medio del caos ocasionado por el vandalismo primó una postura en favor de los “niños del corazón” de la Primera Línea que una defensa a los policías o cuando responsabilizó a miembros del ESMAD por desmanes ocurridos en inmediaciones del Estadio “el Campín”. Tampoco ha sido sencillo fortalecer la relación cuando la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia ha tenido tres secretarios.
La articulación con los organismos de control ha sido mínima, por ejemplo, la Defensoría del Pueblo ha publicado alertas tempranas sobre la presencia de grupos armados y guerra por el control de economías ilegales, y no ha pasado nada. Solo en enero se han encontrado 5 cuerpos resultado de las dinámicas criminales. Por su parte la personería se ha pronunciado sobre temas relacionados con el sistema de videovigilancia de la ciudad y la poca conexión que tiene con las cámaras de los buses de Transmilenio, a la fecha se desconoce si hubo o no solución a esa alerta del ente de control.
En la prevención del delito como estrategia de acción para reducir la inseguridad las cosas no mejoran. El 2021 cerró con la tasa de homicidios más alta en los últimos años con 14,4 por cada cien mil habitantes, con un aumento del 8,8%. También terminaron con incrementos porcentuales las lesiones personales 24,6%,los delitos sexuales 1,5%; los hurtos a: personas 28,6%, a automotores 9,1%, motocicletas 27,3%.
En el 2022 el homicidio presentó un patrón escalofriante: aparecieron décenas de cuerpos con signos de tortura y desmebrados en toda la ciudad, a eso se sumó que el arma de fuego se convirtió en el medio más utilizado para este delito. Además, los hurtos a personas tuvieron más de 136 mil denuncias con un incremento del 25,7% y los hurtos a celulares subieron 14,2%. La violencia intrafamiliar aumentó 24,6% y los delitos sexuales 20,7% se convirtieron en temas olvidados por la administración. Ante este panorama esta semana la alcaldesa publicó la creación de 7 comandos especializados de policía para los temas de: Transmilenio, Corabastos, Zona Centro, Nocturno, Púrpura, Bogotá Limpia y Ambiental.
También se despachó contra la reforma a la justicia penal que propuso el ministro de justicia. Parece que ahora sí le incomoda que haya delincuentes en las calles, algo que no pasó cuando guardaba silencio frente a las acciones de los integrantes de la Primera Línea, quienes estaban vandalizando los bienes públicos, atemorizando a los vecinos de los portales, traficando estupefacientes y torturando personas. El cambio en el discurso solo deja claro el oportunismo con el que se ha manejado la seguridad en esta ciudad.
Por el contrario, en medio de este desorden e improvisación de la administración desde mi curul he construido una propuesta denominada Ecosistema de seguridad que tiene en cuenta la comunicación fluida entre los actores de la ciudad: el sector privado (empresas de celulares, empresas de seguridad privada, empresarios, tenderos, microempresarios), ciudadanía (grupos de moteros, grupos de conductores, grupos de ciclistas, líderes comunales, y ciudadanía en general), y el sector público. Cuando aumente el flujo de información, las autoridades tendrán la responsabilidad de encontrar tendencias delictivas, producir mapas de calor, usar la inteligencia artificial para reconocer rostros, placas y a los delincuentes en general. Espero que esa propuesta sea tenida en cuenta.
En estos tres años las cosas no han pintado para nada bien, según la encuesta de percepción y victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá, el 77% de los ciudadanos se sienten inseguros en la ciudad. Son muchas las inquietudes que surgen frente a un tema que es clave en la agenda de ciudad, las medidas se debieron tomar desde el primer momento que asumió la administración, no cuando están más cerca de terminar el periodo.
CONCEJAL DE BOGOTÁ