UN BAÑO PÚBLICO EN BOGOTÁ, UNA TRAVESIA
Una ciudad como Bogotá, de ocho millones de habitantes, más de 5.500 barrios, en la que los ciudadanos hacen al día 12,5 millones de viajes entre sus hogares y lugares de trabajo y estudio no debería tener problemas de baños públicos.
Es indudable, que en medio de tantos viajes, son miles las personas que necesitan a lo largo del día un baño y no siempre tienen a mano un centro comercial, únicos lugares donde es posible contar con ese servicio.
Lamentablemente tenemos un atraso de décadas porque históricamente las administraciones no se han preocupado por una necesidad básica de los ciudadanos, que en otros lugares del mundo tienen soluciones técnicas, higiénicas y modernas.
En las ciudades europeas los puntos de parada de los buses tienen servicios de baño, con un pago básico, pero las personas tienen garantizados lugares higiénicos para suplir sus necesidades.
En Bogotá no tenemos sino 113 baños públicos y cientos de lugares que se han convertido en lugares malolientes y contaminados donde predomina el olor a orina y excrementos.
Apoyamos la iniciativa de hacer un estudio y garantizar la dotación de baños públicos en Bogotá, porque es importante contar con equipamientos e infraestructura al servicio de la ciudad, para poder exigir comportamiento cívico apropiado de aquellos que usan las esquinas y las aceras como baños públicos.
En este punto tenemos que pensar en los niñas y en las niñas que no encuentran donde suplir sus necesidades y usualmente se encuentran ante la negativa en cafeterías y otros espacios públicos para que les presten un baño.
Estaremos atentos a que se cumplan los plazos que está fijando el Concejo en el proyecto de acuerdo que ordena poner en marcha las acciones necesarias para dotar a la ciudad de baños públicos. Hay ocho meses para el estudio de las necesidades y esperamos acciones oportunas y eficientes de las entidades para que este tema tenga finalmente una solución.
Es cuestión de dignidad para atender necesidades básicas de los ciudadanos.